Acorraladas por la voraz competencia del comercio en línea, las tiendas de Estados Unidos apuestan a la originalidad, creando cada vez más iniciativas para hacer del “shopping” una experiencia más allá de la mera compra.
El jueves de Acción de Gracias marca el inicio de la temporada de fiestas en Estados Unidos, con el famoso “Black Friday”, durante el cual los compradores desbordan las tiendas en busca de las mejores ofertas.
Se estima que cerca de 164 millones de estadounidenses harán al menos una compra entre el jueves y el lunes, según la Asociación Nacional de Minoristas (NRF), es decir el 69% de la población.
Sin embargo, los sitios web, con Amazon a la cabeza, han modificado esta tradición y las tiendas “físicas” compiten en iniciativas para recuperar a su público.
La famosa tienda por departamentos neoyorquina Bloomingdale’s organiza ahora clases de yoga para sus clientes y su rival Nordstrom exhibe coches eléctricos Tesla en el área de ropa masculina. Otros ofrecen aperitivos y bebidas.
Papá Noel también sigue siendo una gran atracción, ofreciendo siempre su barba blanca para las fotos con los perros que acuden con sus dueños.
La cadena Macy’s, por su parte, continua realizando su gran desfile por las calles de Nueva York el día de Acción de Gracias esperando que los espectadores a continuación entren a recorrer sus pasillos.
De acuerdo con las encuestas de opinión, alrededor de un tercio de los consumidores quieren hacer su compra una experiencia festiva y el 23% disfruta de las decoraciones de Navidad que adornan las tiendas, indicó la NRF.
Karen Boyd, residente de Palo Alto, en California, acudió este año a hacer sus compras en Nueva York, en el otro extremo del país. Ella planea hacer la mitad de sus compras en línea y la otra mitad en tiendas “reales”.
“Los años que he hecho todo en línea no me da la sensación de ir de compras”, afirma cerca del famoso logotipo de Saks en la 5ª Avenida con vitrinas animadas.
Estética
La firma IHS Markit estima que habrá un aumento de 4,2% este año de las ventas durante la temporada navideña, a 685.000 millones de dólares. Las ventas en línea deberían representar un 18,3% de este total, en comparación con el 16,8% del año pasado.
Las tiendas tradicionales ofrecen cada vez más productos en línea que los compradores pueden ir a buscar a la tienda y usan programas informáticos de procesamiento de datos para identificar mejor las preferencias de los consumidores.
“Ahora los clientes quieren hacer sus compras cuando y donde quieren y los puntos de recogida son una manera de conocerlos”, dijo Shea Jensen, encargada de la satisfacción del cliente en Nordstrom.
Otra marca, Kohl, decidió ir a cazar en el mismo terreno de Amazon ofreciendo a sus clientes de Chicago y Los Ángeles la posibilidad de devolver los artículos comprados en Amazon, asumiendo Kohl la devolución si no son del agrado del comprador.
“Atraer clientes es nuestra principal prioridad”, dijo el director ejecutivo de Kohl, Kevin Mansell.
Sin embargo, Neil Saunders, experto del GlobalData Marketing Institute, es escéptico respecto de estas iniciativas.
“Estos comerciantes están tratando desesperadamente de atraer a los clientes a sus tiendas, pero el resultado es muy incierto”, advierte.
Si bien es cierto que la foto del perro con Papá Noel puede contribuir al aumento observado en las compras de regalos para animales, la posibilidad de recuperar las compras en otros rubros puede ser menor, estima.
David Simon, director de la cadena de centros comerciales Simon Property Group, cree que la estética deben ser más tomada en cuenta.
Para él, las tiendas deberían innovar en su abordaje del servicio al cliente y su propuesta de diseño, poniendo como ejemplo la atención de Apple hacia los clientes y el elegante diseño de sus tiendas.
Melin Ghotan, quien fue de Los Ángeles a Nueva York para hacer sus compras, se queja de la atención y murmura que de ahora en adelante hará sus compras en línea después de que le negaran una segunda bolsa para sus artículos.