La gran verdad es que el caso Rafael Ramírez Carreño, su actuación en PDVSA y otros cargos en el gobierno castro chavista madurista, reúne suficiente material para escribir una novela costumbrista de la vida real con personajes también suficientes. El argumento central es el tramado de la espantosa corrupción acompañada de mediocridad que se desarrolló en los diez años de su gestión que ha llevado a la corporación a una gravedad tal que prácticamente hace inviable su recuperación. Antes de Ramírez en PDVSA hubo otros intentos con personas desconocedoras del negocio petrolero en las diferentes fases de la industria: exploración, producción, refinación, comercialización, etc. Me voy a referir al caso Ramírez por su emblemática participación en la destrucción de PDVSA en lo operacional, administrativo, contable y gerencial.
El finado presidente Chávez nombró a principios de 2004 a Rafael Ramírez como presidente de la corporación, ya habían despedido a más de 20.000 profesionales con un Know-how de más de 200.000 años acumulados en conocimientos y experiencia en el campo petrolero. Previamente habían despedido por televisión con pito y todo a unos 7 gerentes medios de PDVSA. Estos dos hechos constituyen el primer gran golpe asestado a la corporación en la premeditada aspiración presidencial de destruir la meritocracia para facilitar la penetración de la renta petrolera que le tocó ejecutar al ingeniero mecánico Rafael Ramírez Carreño. Cumplió su rol a cabalidad, entregando directamente más de 100.000 millones de dólares a los fondos parafiscales FONDEN y BANDES, fondos manejados a discreción presidencial.
Esos fondos recibieron también una cantidad similar directamente de las reservas internacionales, a través de la modificación en el año 2005 de la Ley del BCV para ejecutar esa otra parte de la estafa a la República de estos activos. Los activos conformados por las reservas internacionales nunca debieron salir del BCV sin comprarlos, ya que este los compró con dinero orgánico emitido por tener respaldo del petróleo exportado. Estos fondos parafiscales nunca entregaron cuentas a la nación y se saben muchas cosas de su destino: Cuentas en Andorra y otros paraísos fiscales, regalos para financiar campañas en otros países, compra de armas rusas y que se yo cuantos destinos más. Estos despilfarros y corruptelas de los fondos FONDEN y BANDES, constituyen una de las causas de la escasez de divisas para atender nuestras importaciones en alimentos, medicinas e insumos de la producción cada vez más escasos. Al uso indebido de estos fondos, se agrega la estafa del control cambiario que aún no ha cesado, siguen regalando divisas propiedad de la República a10bs/ dólar a un grupo del gobierno para hacer negocios muy lucrativos, hasta vendiéndolos en el mercado paralelo de divisas, ¿Qué descaro?.
En la desastrosa actuación de Ramírez Carreño, se crearon las principales funciones no petroleras con sus respectivos casos de corrupción, que han contribuido al deterioro de la corporación. Otro gran desmán de su gestión ha sido el clientelismo ideológico partidista en el nombramiento, clasificación y ascenso del personal, multiplicando la nómina más de cuatro veces. Cabe recordar la famosa expresión roja rojita de este Sr. en una reunión con gerentes de la corporación en la que acentuaba que los trabajadores de PDVSA debían rendirle lealtad al comandante Chávez y, ser fieles a la “revolución”, de lo contrario, quedarían fuera de la corporación. Dicho y hecho, aplicaron la lista Tascón y Maisanta para el ingreso de personal y excluir a los no identificados con el régimen (delito de lesa humanidad por ser el trabajo un derecho universal consagrado en leyes y organismos internacionales).
Rafael Ramírez Carreño tuvo el respaldo pleno de los dos presidentes en estos 18 años del régimen castro chavista madurista. El Sr. Maduro ha lanzado un trapo rojo con su propaganda de lucha contra la corrupción que es harto conocida en los últimos 15 años de socialismo del siglo XXI. Les explotó en la cara a las mafias que dejó Ramírez en PDVSA. El propio Ramírez se enriqueció súbitamente a través de familiares que estuvieron en puestos claves dentro de la corporación y por jugosos contratos con la corporación, se dice que hoy es uno de los hombres más ricos de Venezuela, El sr. Maduro lo nombra también como vicepresidente para el área económica, presentando unas propuestas que el ex ministro Felipe Pérez afirmó que eran de su autoría, propuestas viables aunque insuficientes, pero no fueron ejecutadas. Después fue nombrado canciller, durando muy poco y lo enviaron para protegerlo con pasaporte diplomático como embajador en la ONU. Lo demás está ocurriendo como dice Dosier en el sitio de los acontecimientos. Ramírez ha caído en desgracia, impredecible su destino final, al menos en el tiempo que le queda al régimen. Mientras tanto, siguen actuando las mafias que dejó en PDVSA. La Corporación está hoy prácticamente irrecuperable. Todavía faltan capítulos de esta larga novela.
*Economista, Profesor Titular de LUZ en Economía Petrolera, Miembro de Venezuela Positiva.