El arte de los “pizzaoili” napolitanos que durante siglos han hecho revolear la masa de esta especialidad mundialmente conocida de la cocina italiana entró este jueves en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
La decisión se tomó en el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que se reúne desde el lunes en la isla de Jeju, en Corea del Sur.
Dos millones de personas firmaron una “petición mundial” para respaldar la candidatura de este arte practicado actualmente en Nápoles por unos 3.000 ‘pizzaioli’ y que según sus promotores “desempeña un rol esencial en la vida social y en la transmisión entre generaciones”.
El presidente de la asociación de pizzaioli napolitanos, Sergio Miccù, había prometido que si su arte entraba en la lista lo festejaría “regalando pizza en las calles”.
Más allá del espectacular manejo de la pasta, es una “habilidad culinaria” que asocia “canciones, sonrisas, técnica, espectáculo” y se remonta al siglo XVI, alegaban la candidatura italiana.
“¡Victoria!”, reaccionó en Twitter Maurizio Martina, el ministro italiano de Agricultura. “Identidad enogastronómica italiana cada vez más defendida en el mundo”.
“¡Larga vida al arte del pizzaiolo napolitano!”, declaró en la misma red social Pecoraro Scano, uno de sus predecesores en el ministerio.
La lista creada, en 2003, contaba antes de la reunión de Corea del Sur con más de 365 tradiciones o expresiones vivas, entre ellas el flamenco español, la cerveza belga, la filosofía milenaria del yoga, el tango argentino o la rumba cubana.
Esta semana en Jeju, el comité debía examinar un total de 34 candidaturas, entre ellas cinco latinoamericanas que ingresaron en la lista entre el miércoles y este jueves: los cantos de trabajo de los llanos colombo-venezolanos, el sistema peruano de jueces de agua de Corombo y las técnica artesanales del sombrero pintao panameño.
AFP