Ciudad Guayana: La ciudad de los muertos caminantes, por Humberto Martí Espina

Ciudad Guayana: La ciudad de los muertos caminantes, por Humberto Martí Espina

thumbnailHumbertoMartiEspinaEl fenómeno de la minería explotada sin control por parte del Estado, y la fiebre del oro en el estado Bolívar, ha convertido a ciudades como Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar en sitios donde gente de todas partes del país deambula en busca del sustento o de alguien que se lo lleve al sur del estado Bolívar, para tratar de ganar algún oro que le resuelva parcialmente su condición de desempleado.

Ciudad Guayana que hasta 1998 era vendida como la  única ciudad planificada del país, y con un grupo de empresas básicas,  productoras de aluminio, hierro, bauxita, y productos derivados de estos, así como una pequeña y mediana industria que dependía de estas, hoy es un cementerio de empresas y galpones vacíos, muchos de ellos comprados por la élite  chavista de turno, para almacenar productos de la cesta básica, y revenderlos a los bodegueros de turno que ahora llaman bodegones, en donde todo lo venden al triple de su precio original o más.

Regresando al tema minero que nos ocupa, quienes vivimos en Ciudad Guayana, sea Puerto Ordaz o San Félix, vemos como desde tempranas horas de la mañana se hacen grandes colas en los bancos  para retirar efectivo, que se vende en el cien por ciento de su valor o mas, lo que ha ocasionado una grave crisis monetaria, donde el pago en todos los comercios o negocios predomina la tarjeta de débito crédito, y largas colas para pagar, ya que el sistema es raro cuando no está colapsado o es muy lento para la alta demanda de pago de cualquier producto.





Por supuesto, la calidad de vida de quienes vivimos en esta ciudad, otrora de progreso o futuro, tenemos un horario de tienda: abrimos o empezamos el día a las seis de la mañana, y cerramos a las seis de la tarde, llegamos a nuestras casas y nos encerramos, porque si salir de día es peligroso por la ausencia de autoridad, de noche ni se diga, y quien lo hace es a su propio riesgo.

Una gran mayoría de niños y adolescentes, tiene  su futuro comprometido con este régimen delincuente que gobierna el país, y ya es muy frecuente ver en los diarios del extranjero de España y otros países de Europa, como también de Latinoamérica,  noticias de venezolanos que llegan buscando un futuro mejor, en su mayoría jóvenes.

Titule este artículo como los “walking dead” o muertos caminantes, porque es lastimoso salir a la calle y ver tanto indigente, desempleado, limosnero, cuida carros, y largas colas de gente  intentando montarse en un autobús del terrible sistema de transporte de una ciudad sin luz,  donde la gente cruza las calles sin importarle si un carro se lo lleva por delante, sin semáforos, y donde los fiscales son niños  que dirigen el tránsito automotor en las esquinas más congestionadas, y la gente le da dinero, esto es la revolución bonita del siglo 21 en Guayana.