La diputada oficialista de Argentina Elisa “Lilita” Carrió pidió este viernes que se investigue a cuatro altos cargos del anterior Gobierno por “asociación ilícita” y a algunas autoridades de la Armada por “irregularidades” a la hora de reparar flota de mar y submarinos, entre ellos el desaparecido ARA San Juan, reseñó EFE.
Asimismo, denunció posibles “actos en oportunidad del ejercicio de sus funciones” tales como “administración fraudulenta en perjuicio de la Administración Pública, cohecho y tráfico de influencias, malversación de caudales y peculado, abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público, entre otros”, expuso en la denuncia, a la que tuvo acceso Efe.
Los acusados son los exministros de Defensa, Nilda Garré (2005-2010), Arturo Puricelli (2010-2013) y Agustín Rossi (2013-2015); y el ex jefe de Gabinete de Asesores de la cartera de Defensa, Raúl Garré, que ejercieron durante los Gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015).
También pidió que se investigue la conducta de las autoridades y representantes del Complejo Industrial y Naval Argentino (Cinar), formado por la integración de los astilleros Tandanor y Almirante Storni y por las autoridades de la Armada Argentina.
Según aseguró en la denuncia, cree “indispensable que la Justicia inicie una pronta investigación respecto de diversos hechos irregulares”, ya que entiende que “podrían ser parte de una maniobra generalizada o ‘matriz de corrupción’ desarrollada durante el período comprendido entre los años 2005-2015, dentro de la Armada Argentina”, sostuvo Carrió.
El submarino de la Armada ARA San Juan desapareció el pasado 15 de noviembre con 44 tripulantes a bordo en el océano Atlántico Sur por causas todavía desconocidas.
El pasado 4 de diciembre, en una entrevista, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, afirmó que hay “sospechas” de que hubo “corrupción” durante la conocida como reparación de “media vida” del submarino, entre 2008 y 2014, durante el mandato de Fernández, ya que, según detalló, informes revelan que los materiales usados no fueron “de la calidad que se requería” y pudo haber sobreprecios.
Actualmente, diversos buques de varios países siguen buscando, a unos 400 kilómetros de la costa argentina, el submarino militar.
Este área fue delimitada en torno a una zona del océano en la que varias agencias internacionales registraron que había habido una explosión horas después de desaparecer el buque, cerca de donde se perdió su pista.
Una de las principales hipótesis es que ese ruido puede estar relacionado con la avería de la que el submarino informó a tierra la noche anterior a que se le perdiera la pista.
Primero por teléfono y después por escrito, el comandante alertó a sus superiores de que había habido entrado agua por un conducto de ventilación (snorkel), que se filtró en el compartimiento de las baterías eléctricas y produjo un principio de incendio.
Según la Armada, ese fallo fue subsanado y el submarino pudo seguir navegando hacia la ciudad bonaerense de Mar del Plata, adonde tenía que haber llegado el 19 de noviembre.