El día 25 de noviembre del 2017 ocurrió algo insólito. Nacía en Tennessee Emma, un bebé que fue concebido hacía 24 años, un año después (18 meses para ser exactos) de que naciera la propia madre. Esto ha sido posible gracias a que el embrión fue congelado, reseña Gizmodo.
Tina (26 años) y Benjamin Gibson no podían tener hijos biológicos propios. La pareja de Tennessee se casó hace siete años, y tras acudir a varios médicos llegaron a la conclusión de que nunca los tendrían porque Benjamin tenía fibrosis quística, una dolencia que a menudo resulta en infertilidad.
Meses después, el padre de Tina les sugirió la adopción de embriones, a través de la cual las parejas donan sus embriones congelados sobrantes a otras parejas que intentan concebir mediante la fecundación in vitro. Así fue como decidieron ir al Centro Nacional de Donación de Embriones en Knoxville.
Sea como fuere, el caso de Emma es único y supone todo un récord para la medicina. Un bebé sano nació después de mantenerse congelado su embrión más de dos décadas, tanto, que se ha dado la fascinante coincidencia de que la madre nació 18 meses antes de que este fuera concebido.