El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impuso el viernes de manera unánime nuevas sanciones contra Corea del Norte tras su última prueba de misiles balísticos intercontinentales, una medida que analistas dijeron podría tener un efecto significativo en la economía ya atribulada del aislado país.
Reuters
La resolución busca a prohibir casi un 90 por ciento de las exportaciones de productos de petróleo refinados a Corea del Norte al limitarlas a 500.000 barriles al año -en lo que diplomáticos dijeron fue un cambio de último momento- y exige la repatriación de norcoreanos que trabajan en el extranjero dentro de 24 meses, en vez de 12 meses como se había propuesto.
También limitará los suministros de crudo para Corea del Norte a 4 millones de barriles al año. Estados Unidos ha estado pidiendo a China que reduzca sus suministro de crudo a su vecino y aliado.
La decisión fue aprobada por 15 votos a cero, dijo el embajador japonés en la ONU. Japón tiene la presidencia del Consejo de Seguridad este mes.
Corea del Norte dijo el 29 de noviembre que realizó una prueba exitosa de un nuevo misil balístico intercontinental, en un avance que pone al territorio estadounidense dentro del alcance de sus armas nucleares cuyas ojivas podrían resistir el reingreso a la atmósfera terrestre.
“(La resolución) envía un mensaje inequívoco a Pyongyang de que nuevos desafíos invitará a nuevos castigos y aislamiento”, dijo Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, tras la votación.
Las tensiones han aumentado por los programas nuclear y de misiles de Pyongyang, que desarrolla desafiando desde hace años resoluciones del Consejo de Seguridad, en medio de una creciente retórica beligerante entre Corea del Norte y Estados Unidos.
En noviembre, Corea del Norte pidió frenar con lo que denominó “sanciones brutales”, asegurando que una ronda previa de sanciones impuesta tras su sexta y más poderosa prueba nuclear, el 3 de septiembre, constituye un genocidio.
Diplomáticos estadounidenses han dejado claro que buscan una solución diplomática, pero han propuesto varias sanciones nuevas y más severas diseñadas para aumentar la presión sobre el líder norcoreano, Kim Jong Un.
Corea del Norte amenaza regularmente con destruir a Corea del Sur, a Estados Unidos y a Japón y dice que sus programas de armas son necesarios para contrarrestar la agresión estadounidense. Washington tiene 28.500 soldados en territorio surcoreano, un legado de la Guerra de Corea de 1950 a 1953.
El viernes, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano calificó la estrategia de seguridad recientemente divulgada por el presidente Donald Trump como la última política estadounidense en busca de “ahogar a nuestro país y convertir a toda la península de Corea” en un puesto de hegemonía de Estados Unidos.
Agregó que Trump pretendía la “subordinación total de todo el mundo”.