El 25 por ciento de los refugiados rohinyás menores de cinco años sufren malnutrición aguda y la mitad de ellos padecen anemia, según un estudio realizado por Unicef en los campos de refugiados en Bangladesh.
El porcentaje del 25 por ciento supera con creces el límite de 15 por ciento que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como una emergencia, especificó en rueda de prensa el portavoz de Unicef Christoph Boulierac.
Además, el 40 por ciento de los niños refugiados menores de cinco años sufren diarrea -una de las dos principales causa de muerte en esta franja de edad- y el 60 por ciento padecen infecciones respiratorias agudas, revela el mismo informe.
El pasado 25 de agosto el Ejercito birmano inició una nueva campaña de represión contra los rohinyás que acabó con al menos 7.000 de ellos muertos, según entidades como MSF, y obligó a refugiarse en Bangladesh a otros 640.000, en actos de violencia que según la ONU tienen las características de un genocidio.
Menos de un 16 % de los niños consumen una cantidad aceptable de comida, lo que está afectando dramáticamente su desarrollo físico y psicológico, denuncia la encuesta.
El sondeo muestra que el 30 por ciento de los bebés de menos de seis meses no son alimentados exclusivamente por leche materna, como sugiere la OMS.
La falta de leche para amamantar es una de las consecuencias regulares en madres que han sufrido traumas y estrés extremo, como el caso de las refugiadas rohinyás.
El acceso al agua potable y al saneamiento continúa siendo uno de los principales problemas en los campos de refugiados, dado que los niños son muy susceptibles a contraer enfermedades contagiosas debido al agua contaminada.
Los refugiados deben hacer largas colas para acceder a las letrinas, lo que implica que muchos defequen en campo abierto y se incremente el riesgo de infecciones.
Ante la falta de agua los niños realizan largas caminatas para obtenerla, lo que les impide acudir a los pocos centros educativos o de ocio disponibles.
Hasta la fecha, las agencias humanitarias de la ONU han distribuido entre los refugiados 900.000 dosis de vacunas del cólera; han inmunizado a 450.000 niños contra el sarampión y la rubeola; y actualmente proceden a la vacunación para contener un brote difteria. EFE