Las mascotas olímpicas de Tokio-2020, una cuestión muy seria en Japón

Las mascotas olímpicas de Tokio-2020, una cuestión muy seria en Japón

The 2018 Pyeongchang Winter Olympics mascot Soohorang (R) and Paralympics mascot Bandabi are pictured in Pyeongchang, South Korea, January 22, 2018. REUTERS/Fabrizio Bensch
The 2018 Pyeongchang Winter Olympics mascot Soohorang (R) and Paralympics mascot Bandabi are pictured in Pyeongchang, South Korea, January 22, 2018. REUTERS/Fabrizio Bensch

 

En medio de un silencio solemne, una por una, las papeletas de votación van depositándose en la urna. ¿Se está eligiendo un alcalde, un diputado o incluso un presidente? Nada más lejos de la realidad: se elige el par de mascotas para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio-2020.

En Japón el fenómeno de las mascotas ha alcanzado un gran impacto social, desde pequeños pueblos a incluso las prisiones, el debate se toma muy en serio.

Con grandes ojos, colores vivos y formas de inspiración animal, los organizadores desvelaron en diciembre tres propuestas y la pareja vencedora será designada el 28 de febrero, tras una votación en la que participan 6,5 millones de escolares.

¿Conseguirán las elegidas hacerse un hueco en un país donde los dibujos animados, los mangas y las figuras de este tipo son tan populares en tantos ámbitos?

La competencia es dura. En el país de Helly Kitty y Pokemon es frecuente que los adultos coleccionen peluches gigantes, posen en fotografías con todo tipo de muñecos o compren ‘gadgets’ con su imagen.

Uno de los más populares, Kumamon, el oso negro con pómulos rojos que representa a la región de Kumamoto (sudoeste) es una mina de oro gracias a la infinidad de productos con su imagen.

“Japón tiene la tradición de crear personajes inspirados en la naturaleza -montañas, ríos, animales y plantas- en virtud de sus creencias animistas, según las cuales todo tiene un alma”, explica Sadashige Aoki, profesor en la Universidad Hosei de Tokio.

Si bien la mayoría de mascotas locales no sobrepasan las fronteras del archipiélago, las olímpicas sí que supondrán “una ocasión única para promover la tradición, la cultura y la sociedad japonesa”, y con ello atraer más turistas, estima Aoki.

Fueron los Juegos de invierno de Grenoble (Francia) los que iniciaron la moda de las mascotas en 1968, con Schuss el esquiador. Después hubo otras muy célebres, como el oso Misha de los Juegos de verano de Moscú-1980.

En la historia más reciente las mascotas olímpicas han sido una fuente de ingresos muy apreciable. El personaje Vinicius, elegido por Rio para sus Juegos de 2016, permitió por ejemplo recaudar 300 millones de dólares en beneficios.

– El mal ejemplo de Londres 2012 –

Pero otras mascotas no hay tenido el mismo éxito. Wenlock y Mandeville, las criaturas cíclopes que fueron las mascotas de los Juegos de Londres en 2012, fueron consideradas “raras” y hasta “siniestras” por el gran público. Su elección fue controvertida.

Corea del Sur, donde se disputan los Juegos de invierno a partir del 9 de febrero, parece haber aprendido la lección y apostó por figuras más clásicas, con un tigre blanco con una amplia sonrisa.

Las mascotas deben ser ante todo “kawai” (bonitas o tiernas) y “populares entre los niños”, subraya Munehizo Harada, profesor de Economía del Deporte en la Universidad Waseda.

Los organizadores de los Juegos de Tokio-2020 cifraron los impactos económicos potenciales en 130 millones de dólares. “Pero esperamos superar ese objetivo”, declaró una portavoz.

¿Y después de los Juegos Olímpicos? “En el pasado, las mascotas olímpicas se olvidaban una vez que los Juegos terminaban”, recuerda Harada.

En Japón “quizás vivan más allá, consideradas como la herencia de los Juegos de Tokio”, desea.

“Si yo fuera jefe del comité de organización pediría al COI aligerar su control sobre los derechos”, que deben teóricamente ser transferidos al Comité Olímpico Internacional (COI) después de 2020, aconseja el profesor de universidad. Sin ellos no sería posible explotar el atractivo de las mascotas.

Pero mientras se toma una decisión, continúa la votación en las escuelas del país, japonesas e internacionales, y los pequeños electores se toman la misión con responsabilidad y seriedad.

El viernes, el Liceo Francés de Tokio facilitó sus resultados y un candidato se destacó claramente entre sus alumnos: la pareja de personajes A, de estilo muy típicamente manga, con siluetas alargas y ojos risueños, que consiguió 14 votos de 19.

“Desde que la vi, la elegí”, dice Taiki, de 10 años. “Son cool. Creo que van a ganar”, vaticina sobre su favorita. AFP

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