Dirigentes de los partidos políticos: MPV, CR, Copei y PV hacen un llamado urgente a los partidos que hacen vida en la Mesa de la Unidad (MUD) a dejar de un lado, los nombres e intereses en pro del rescate de la Democracia pluralista.
En conclusión la única estrategia para derrotar esta dictadura por la vía electoral es a través de la UNIDAD y por tanto hay que validar por abuso de Poder (régimen) ante el CNE la manito o tarjeta única del partido MUD que garantiza con candidato único escogido por consenso nacional o en primarias con la Sociedad Civil y la participación de arrepentidos del régimen chavista.
Venezuela reclama de todos sus ciudadanos gestos de sacrificio y desprendimiento que se antepongan al cambio radical que reclama la población, sobre los intereses partidistas y personales. Además los partidos sin exclusión se comprometan validar la tarjeta MUD como símbolo de unión nacional contra la dictadura criminal.
No podemos soportar más esta dictadura que esta acabando con la débil y hambrienta población venezolana, que cada día concentra más el poder porque no existe separación de poder publico por que están en mano del dictador en complicidad con los cubanos, rusos, chinos y pare Ud. de contar. Lo primero que se nos viene a la mente como remedio a la patología del poder es el mecanismo de contrapesos, la toma de las calles o la huelga general que impiden los abusos del poder.
La independencia de los poderes es vital, para evitar la enfermedad de la concentración del poder. Por otro lado la discrecionalidad (sin consultar a nadie) es la piedra angular de otra patología que corroe al poder, como lo es la corrupción. Al existir discrecionalidad y permitir esas zonas grises en la administración pública o privada, la enfermedad la corrupción y trafico de influencias (enfermedad criolla) consigue el terreno ideal para desarrollarse.
Además de ilusorio el poder es transitorio, pero eso no lo percibe quien detenta el poder. Aunque el poderoso muera en su cama por razones naturales, como lo hizo el dictador Juan Vicente Gómez mientras aún gobernaba, no le gustará soltar el poder. Allí reside su erótica, en que ellos piensan que lo único malo que tiene el poder es tener que dejarlo. Tal cual como hoy sucede en esta Tierra de gracias.
El error histórico de los ciudadanos de a pie fue haber perdonado en la década de los 90 a los golpista militares del 4F/1992 contra el legitimo gobierno de CAP, por el descontento del momento contra instituciones democráticas de Venezuela. Años después, ese grupo golpista de militares y comunistas, presentó promesas falsas a la gente deseosa de soluciones rápidas. Ese drama pareciera querer repetirse y asumir nuestra historia de nuevo en pleno año 2018. ¿Acaso no basta la crueldad de este militarismo oscuro y fanático que se traduce en más de lo mismo sin soluciones sino más pobreza y miseria en la población venezolana?
Ahora con una situación más crítica, a niveles que sobrepasan la escala normal para cualquier país, seguimos en la búsqueda de un súper héroe que nos resuelva o de soluciones a los problemas que nos agobian. No hemos asumido con consciencia, que gran parte de ese personaje ficticio que buscamos en el espacio sideral está en cada uno de nosotros para enfrentar la crisis que este mal gobierno ha generado. La salvación de Venezuela no está en un mesías de ocasión, depende de todo el pueblo unido. Nunca deleguemos, nunca esperemos al líder externo, busquemos en nosotros mismos que los hay y actuemos, como ocurrió el 23 de Enero 1958 donde cayo la dictadura militar de Pérez Jiménez, y así ocurrirá, sin dudas, en poco tiempo este año 2018.
Los dirigentes opositores lucen cada día más confundidos y como ensayo, asoman la posibilidad de realizar unas elecciones primarias, a sabiendas de que, si el candidato opositor es escogido, de entre ellos mismo, tendrá plomo en el ala y el fracaso estará cantado de antemano. Para bien o para mal, el pueblo no tiene confianza en la dirigencia política tradicional por lo que urge buscar una alternativa que aglutine a la mayoría y que además sea capaz de tomar en cuenta a dirigentes opositores creíbles, quedan pocos, pero los hay. En consecuencia, estaremos abonando el terreno para que la dictadura permanezca, otros seis años, en manos de la maquinaria criminal y destructiva de cubanos aliados de Nicolás Maduro.
En la dictadura de Marco Pérez Jiménez, la gente temía abrir la boca porque las paredes oían y hablaban, ante el temor a ser delatados por no pensar como el régimen. Sin embargo los liderazgos políticos, religiosos y sociales, a pesar de sus diferencias e intereses, conformaron una Unidad en la clandestinidad de propósitos que hizo imposible materializar los planes continuistas del gobierno dictatorial.
Esa Unidad fue la que permitió además atajar y combatir el desánimo de algunos ante el fraudulento triunfo de la dictadura en el “ilegal plebiscito” de diciembre de 1957. En ese evento electoral, el oficialista “Consejo Supremo Electoral” hoy (CNE) anunció que 87% de los venezolanos habrían dicho “Sí” a la continuación de la dictadura perejimenista, cifra que por supuesto nadie creyó. Para muchos, el régimen se había salido con la suya. Hubo desánimo y desesperanza en algunos que pensaron, erróneamente, que estaban frente a la consolidación de la dictadura. Sin embargo, las protestas estudiantiles y laborales continuaron, y la labor de la dirigencia política no se detuvo. La presión social y política fue intensa y sostenida que, apenas un mes más tarde, el sátrapa, dictador todopoderoso Pérez Jiménez apoyado por los esbirros de la SN “seguridad Nacional” policía política, huían como ratas de puertos a media noche del territorio venezolano. Y cayó la feroz y corrupta dictadura militar.
¡PROPUESTA! VALIDAR LA TARJETA UNICA DE LA MANITO, MESA DE LA UNIDAD (MUD) Y UN CANDIDATO PRESIDENCIAL DE CONSENSO NACIONAL. Si es que hay elecciones limpias con un nuevo CNE.
¡Entonces! la decisión irrevocable es tomar las calles de Venezuela sin retorno hasta que haya un nuevo gobierno de transición.
Así de las cosas.