Ya habiendo superado -un tanto- los largos días de agonía e incertidumbre por la muerte y posterior traslado y entierro de la enfermera tachirense Lisbeth Andreína Ramírez Mantilla (30), nuevamente nos contactamos con sus familiares para conocer qué será de ahora en delante de ellos, al no tener a la hija menor en el seno del hogar, publica La Nación
Alfredo Ramírez, hermano de Andreína, respondió que tanto su hermana Leidy como el esposo y la madre de él se encuentran recuperándose del accidente de tránsito sufrido en la Autopista Regional del Centro –ARC- el día que iban a buscar a Caracas el cadáver de la enfermera.
De su madre, Faride Mantilla, Alfredo explicó que la veía un poco más calmada, como en paz, luego de que al menos, el pasado sábado, pudo tener la oportunidad de cumplir su anhelo: ver y despedirse por última vez de “la Flaca”, como cariñosamente llamaban a Andreína, durante su inédito entierro, el primero que se realiza en el Táchira en horas nocturnas.
Alfredo, aunque muy amable como siempre lo fue desde un principio, se notaba un tanto incómodo durante la conversación, tal vez por haber vivido junto a su familia y por casi una semana el asedio de la prensa regional, nacional e internacional, y eso es comprensible; sin embargo, el trabajo de la prensa no podía ser menos del que se hizo, pues se trataba de la única mujer que junto a Óscar Pérez y otros cinco hombres, incluyendo el novio de ella, resultó abatida por los organismos de seguridad durante un presunto enfrentamiento en El Junquito, a las afueras de Caracas, el 15 de enero; operativo que valga decir, ha traído un sinnúmero de pronunciamientos y reacciones, ya que el Gobierno ha dicho que las fuerzas policiales se defendieron de un grupo de terroristas fuertemente armados, mientras que familiares y defensores de los Derechos Humanos aseguran que las siete víctimas fueron masacradas, ajusticiadas, aun cuando habían manifestado su intención de entregarse, pues entendieron que estaban rodeadas.
Y fue allí, en este punto de la fugaz conversación con Alfredo, donde no podía faltar la pregunta de rigor en el caso: ¿Y cuántos meses de embarazo tenía tu hermana?
La respuesta del muchacho no se hizo esperar: “No. Andreína no estaba embarazada, eso fue puras mentiras”.
Complementó su respuesta indicando que fueron los mismos médicos que le practicaron la autopsia en la morgue de Bello Monte, los que les aseguraron que la muchacha no estaba embarazada; y creyendo en ellos, Alfredo agradeció que por este medio, esa situación se aclarara, se desmintiera, aun cuando fue el mismo Óscar Pérez que en uno de los videos que difundió mientras la casa donde estaban escondidos era atacada a tiros, pedía prudencia y consideración a sus atacantes, por cuanto allí había una mujer embarazada, y esa era Andreína, la única fémina que efectivamente estaba con ellos.
Ante la solicitud del muchacho, el supuesto embarazo que tenía su hermana y del cual dudó la familia desde un primer momento “porque no se le veía barriga”, queda desmentido, públicamente descartado. Lo extraño es que ninguna autoridad nacional lo hiciera antes, de manera oportuna, a pesar del hecho de que junto a Pérez y sus hombres también mataran a una mujer que se aseguraba que estaba esperando un hijo, ha dejado en entredicho a nivel mundial el operativo practicado esa mañana del lunes 15 de enero allá en El Junquito. (Miriam Bustos)