De repente Caribes de Anzoátegui se ha convertido en el feligrés más devoto de la bendición del quinto juego y Cardenales de Lara el hereje que desea derribar patrones santificados. Y todo se basa en la historia de las finales de la LVBP: en las 23 ocasiones en que la serie decisiva ha estado igualada a dos laureles, el ganador del quinto encuentro ha conquistado el cetro del circuito 18 veces.
La tribu cayó en gracia de la estadística en el mismo momento en que Luis Sardiñas castigó sin piedad un envío del zurdo Scott Maine. El campocorto pegó un cuadrangular que hizo que la bola abandonara el diamante del Alfonso “Chico” Carrasquel con elegancia y decencia, pues utilizó el vomitorio del graderío izquierdo para decir adiós.
La daga incrustada por Sardiñas, que acabó con una igualdad a dos carreras y le dio otro par de anotaciones a los aborígenes, fue oportuna. Hirió de muerte a los pájaros rojos en el octavo inning, bastante tarde para evitar el desangramiento. Una rayita más, cortesía de Rafael Ortega, tras un wild pitch de César Jiménez, decretó la victoria 5 a 2 de Anzoátegui.
Ahora la serie está 3-2 a favor de los orientales, que colocan en jaque a los crepusculares y se ponen a un solo triunfo de ser glorificados como los campeones de la temporada 2017-2018. He allí el ferviente anhelo indígena de que se cumplan los augurios del mentado quinto juego.
“Puedo decir que sí es el batazo más importante de mi carrera, fue oportuno. Lo importante es que tomé el turno calmado, a pesar de la presión, pero lo pude manejar y el resultado fue que pude depositarla (en las gradas)”, describió el ambidiestro Sardiñas. “Siempre a la derecha salgo a hacer swing duro, sé que tengo un poder ocasional a lo derecho. Fui a conectar la bola con solidez. Siempre fui a buscar la recta. He estado agresivo en todos mis turnos y obtuvimos lo que quisimos”.
El trío de carreras en el octavo rompió con la paridad dictada por los brazos de Daryl Thompson y Junior Guerra, iniciadores del cotejo. Ambos aceptaron dos carreras y lograron superar los 5.0 innings de labor.
El primer daño del desafío lo permitió Thompson, en el segundo capítulo, después de que Elvis Escobar conectó un sencillo que impulsó a Jesús Montero. En la parte baja del episodio, Caribes igualó con un elevado de sacrificio de Sardiñas.
Guerra aisló la segunda rayita limpia en el sexto tramo, tras un imparable de Alexi Amarista, quien se fue de 4-4. “Vine temprano a trabajar extra para estar más concentrado en el plato, y después hablé con el hitting coach para hacer ajustes”, señaló el camarero que ha soportado una aguda sequía en la postemporada. “Hoy lo pude conseguir. Los slumps ocurren en el beisbol y uno tiene que estar con la cabeza en alto, seguir trabajando y el cualquier momento salir de ahí”.
La última carrera de Cardenales sucedió en el séptimo pasaje, por un doble de Ildemario Vargas que fletó a Escobar.
El suspenso hitchcockiano se apoderó del estadio portocruzano por la parvada de pájaros rojos que rodeó al cerrador Nick Struck. El estadounidense no evitó un infield hit de Deiner López y dio un boleto a Vargas. Pero la zozobra anzoatiguense se difuminó con un ponche a Juniel Querecuto y un dobleplay originado por un manso rodado de Alex Romero.
“Ahora nos vamos con la serie 3-2 y saldremos a buscar ese triunfo el sábado”, comentó Amarista sobre el viaje al Antonio Herrera Gutiérrez para disputar el sexto choque. “No es fácil jugar en Barquisimeto, pero vamos a salir a jugar como lo hicimos en casa”.
Fue Struck el salvador del juego, Ricardo Hernández el lanzador ganador y Maine el perdedor.
“Hernández sacó el out del juego (contra Elvis Escobar, con dos en circulación, en el octavo y dos outs en la pizarra)”, destacó el manager Omar López, que celebró el despertar de los bates de la Tribu. “Hoy fue importante darle un descanso a los muchachos, hoy no practicamos en el terreno, solo hubo ejercicios opcionales. Unos batearon afuera, otros en la jaula techada. Creo que fue un factor importante para que fueran más relajados al home plate”.
El mandamás de los orientales agradeció el apoyo de los aficionados en el parque portocruzano.
“Se lo merecen porque ha estado con nosotros en las buenas y las malas. No puedo expresar lo que siento con el ‘Chico’ lleno de esta manera. Ahora vamos a hacer lo posible por traernos el título para Anzoátegui, tenemos dos juegos para ganar uno en Barquisimeto”.
Con información de LVBP