Enardecidos estaban los clientes de la Tienda CLAP de la Av. El Ejército, en Catia la Mar, tras ser víctimas de discriminación por parte de la Guardia del Pueblo. Denunciaron que los uniformados decidían a dedo quiénes podían comprar, por lo que al mediodía se armaron de valor y protestaron.
Luisana Brito / La Verdad de Vargas
Explicaron que en medio del alboroto unos oficiales detuvieron a uno de los compradores y le propinaron una fuerte golpiza. “El muchacho les reclamó, y ellos lo sometieron y lo agredieron; aunque primero, irresponsablemente, lanzaron dos tiros al aire sin que les importara que habían embarazadas, abuelos y niños. Una bala perdida mata a alguien y no pasa nada porque ellos son funcionaros”, señaló Rafael Suárez.
Detalló que “los guardias dejaban pasar a cuanta mujer operada y amigos les pasaban por el frente. Aquí hay usuarios que tienen más de ocho horas haciendo cola y ellos llegan con su cara muy lavada, compran la cantidad que quieren e ignoran a los que aguantan el inclemente sol, hambre y sed. Ahora quieren que nos olvidemos de todo, cuando sabemos que ya es costumbre y nadie castiga este abuso de poder”.
Deysi Robina comentó que este acto de discriminación también se repitió el pasado jueves en la Distribuidora El 93, donde también estaban vendiendo harina Pan. “Llegaron unos policías estadales y les permitieron comprar a los bachaqueros en más de tres oportunidades, los de la tercera edad nos quedamos con las manos vacías