Entre bates y guantes, la iguana “Elena” acompañó como amuleto a Caribes de Anzoátegui rumbo al título del béisbol venezolano, pero se extravió durante los festejos. Aunque la extrañen, los campeones van con todo por la Serie del Caribe-2018 en México, reseñó AFP.
“Llegó Elena Green”, se leía en una caja donde vivía el pequeño reptil, que los peloteros llevaban a todas partes en el tramo decisivo de la temporada 2017-2018.
El sábado pasado, con el lagarto de color esmeralda como testigo, Anzoátegui blanqueó 4×0 a los Cardenales de Lara para ganar 4-2 la final y el derecho a disputar desde este viernes el clásico caribeño contra los campeones de Cuba, México, Puerto Rico y República Dominicana.
“Desde que encontramos a Elena, las cosas salieron bien”, aseguró a la prensa local Niuman Romero, uno de los líderes de la novena que estará en la ciudad mexicana de Guadalajara.
Los jugadores la “adoptaron” durante una visita a Caracas cuando peleaban la clasificación a los playoffs. Con los focos en los favoritos Cardenales y los dos grandes equipos de la Liga, Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes, pocos apostaban por ellos.
Verla sobre los hombros de los beisbolistas se hizo habitual durante las prácticas y los juegos, coincidiendo con una racha de triunfos hacia la postemporada.
Y eso en el béisbol, deporte de icónicas supersticiones, fue considerado una señal por Romero y sus compañeros. Entre todos la cuidaban y la alimentaban con vegetales y frutas.
“Si son felices…”
El mánager de Caribes, Omar López, no es amigo de cábalas, pero se resignaba ante Elena. “Si los peloteros son felices y les ayuda a conseguir victorias, bienvenida”, decía.
Hasta López se rindió y, después de alzarse con el campeonato, la iguana se paseaba por su espalda. Todos querían celebrar con ella y pasaba de mano en mano, pero en un momento le perdieron la pista. Nadie supo a dónde fue.
Un amplio imaginario esotérico marca la historia de la pelota. Fue famosa la ‘Maldición de la Cabra’ de los Cachorros de Chicago en las Grandes Ligas.
Un hombre expulsado del Wrigley Field en un juego de la Serie Mundial de 1945 junto con su mascota, una cabra, juró que los oseznos “nunca más” volverían a ganar el campeonato que habían conquistado en 1907 y 1908 y la condena los atormentó hasta 2016.
No fue menos célebre la ‘Maldición del Bambino’, de los Medias Rojas de Boston. Tras enviar a Babe Ruth en 1920 a los Yankees de Nueva York, éstos se hicieron el equipo más ganador de las mayores, y Ruth la gran leyenda. Los patirrojos, por el contrario, tardaron 86 años en llevarse una Serie Mundial.
Sin ella
La ‘tribu’ aspira a volver a dar a Venezuela una Serie del Caribe. Tigres de Aragua, en 2009, fue el último equipo del país que la conquistó.
Se las verá con Alazanes de Granma (Cuba), Criollos de Caguas (Puerto Rico), Tomateros de Culiacán (México) y Águilas Cibaeñas (República Dominicana).
Para ello, Anzoátegui reforzó su pitcheo con cuatro buenos brazos: el abridor Néstor Molina y los relevistas Felipe Paulino, César Jiménez y Ricardo Gómez.
Y hay confianza en su explosivo bateo con Luis Jiménez -Jugador Más Valioso de la final-, René Reyes, Balbino Fuenmayor y los grandeligas Luis Sardiñas y Tomás Telis.
Faltará Elena, pero queda un consuelo: el lagarto, de todos modos, no habría podido integrar la expedición por las restricciones para el ingreso de fauna a México.