Hace varios años estaban muy de moda unos libros que trataban principalmente sobre el tema de cómo decir ‘No’.
Recuerdo algunos títulos como “El Arte de Decir No”, “No diga sí cuando quiera decir no”, “Decir No no basta” y hasta “Cómo decir no sin sentirse culpable”.
Desconozco si el tema sigue vigente, pero en la Venezuela actual, frente al escenario que la dictadura venezolana ha planteado al país acerca de convocar unas elecciones presidenciales para el 22 de abril, parece que decir ‘No’ es bastante fácil.
‘No’ participar.
Hay una miríada de razones, todas muy valederas, por las cuales la decisión casi que obvia sería no participar. No me voy a preocupar en referirlas y menos en analizarlas porque de eso están llenas las redes sociales los últimos días.
Sin embargo, el asunto se pone un poco más complicado si decidimos no quedarnos allí, pegados en el ‘No’, y nos preguntamos entonces “¿qué ‘Sí’ hacer si ‘No’ participamos?”.
¿Por qué? Porque la abstención electoral de modo pasivo que algunos sectores sugieren no nos lleva a ninguna parte. Es repetir nuestras fracasadas ‘no participaciones’ en la trampa electoral mediante la cual se “eligió” a la Constituyente Cubana, así como en los comicios de Gobernadores y Alcaldes.
Puros fracasos.
De tal manera que hay que pensar cómo enfrentamos de la manera más eficiente este fraude electoral presidencial y cómo contribuimos a aumentarle el costo al régimen al máximo.
Primero que todo se necesita decirle ‘Sí’ a la Unidad. No sólo a la Unidad política. Esta es sólo una parte de la torta. La importante es la Unidad del país, o al menos del 90% del país que rechaza a Maduro y su combo, que es como decir todo el país.
Hay que unirse y decirle ‘Sí’ a un sólo propósito. Ir hacia un solo objetivo. En una sola dirección. Bajo una sola bandera.
Los líderes que aspiran a conducir los próximos eventos deben estar claros en ello. El país no está pensando en egos, en planes personales, en ganancias particulares. El país espera de ellos grandeza y desprendimiento. Y humildad. Y valentía y coraje.
Solo unidos podremos enfrentar lo que viene y ayudar a otros factores más allá de muestras fronteras a que nos ayuden. “Una mano lava la otra y las dos lavan la cara”.
Además, hace falta decirle ‘Sí’ a un plan, a una estrategia, a una política. Con tácticas inteligentes y hasta sorpresivas. El qué haremos debe venir acompañado del cómo lo haremos.
No podemos quedarnos en decir que no queremos estas elecciones. Debemos decir que, al final, queremos elecciones pero no en estas condiciones.
Que ‘Sí’ queremos un cambio de régimen lo antes posible que conduzca a unas elecciones. Más que explicar, vender cuál es el proyecto por el que queremos sustituir la catástrofe actual. Cuáles serán sus ventajas y beneficios. Visualizar cómo se sentirá cada venezolano.
Porque es necesario dar esperanza. Decirle a la gente que ‘Sí’ hay futuro. Es necesario levantar de nuevo el entusiasmo de todos. Por eso la necesidad de la unión.
También se hace necesario decirle ‘Sí’ a un conductor, a un líder. No a un candidato presidencial. No es eso lo que buscamos hoy. Para esta tarea tenemos “sacrificados” de sobra.
Necesitamos un venezolano que encarne la aspiración de la enorme mayoría del país que ‘Sí’ desea salir de esta pesadilla veinteañera ya para comenzar a construir una nueva y hermosa nación.
Se hace necesario hacer entender a todos los sectores de la sociedad, incluidas las Fuerzas Armadas, que unas elecciones no pueden significar el punto de arranque para extender por 6 años más la miseria, el hambre,la escasez, la inseguridad, las enfermedades y la muerte.
Finalmente, cualquier estrategia que se plantee debe decirle ‘Sí’ a lo expresado por la Comunidad Internacional. Los países que la componen ya lo han dicho claramente hasta la saciedad: no avalan estas elecciones y ningún país reconocerá al gobierno que salga de ellas.
Se están haciendo muchos esfuerzos desde afuera para ayudarnos. Nos toca ser coherentes y consecuentes desde adentro.
Por eso, se hace necesario reunirnos alrededor del ‘Sí’. De lo que ‘Sí’ estamos dispuestos a hacer. Cueste lo que cueste.