El Ministerio de Exteriores de Polonia exigió hoy explicaciones a las autoridades israelíes por la esvástica y la pintada antipolaca aparecida ayer en la puerta de su embajada en Tel Aviv, en una nueva escalada en la polémica entre ambos países a cuenta de la nueva ley polaca sobre el holocausto.
“El Gobierno de Israel es responsable de la seguridad de nuestras instituciones en ese país”, recordó hoy el jefe de la diplomacia polaca, Jacek Czaputowicz, quien calificó las pintadas de “acto de vandalismo”.
En esa pintada se pueden ver varias esvásticas e insultos contra los polacos, a los que califica de “asesinos”.
Czaputowicz reconoció que en Israel existen “ciertos sentimientos antipolacos”, y apeló a la “educación” y al “diálogo” como mejores instrumentos para superar posibles diferencias.
La agresión contra la embajada se enmarca en la polémica generada por la ley sobre el Holocausto aprobada por Varsovia, que contempla penas de hasta tres años de cárcel por el uso del término “campos de concentración polacos” o por acusar al país de complicidad en ese genocidio.
La norma ha sido criticada por Estados Unidos pero, sobre todo, por Israel, que considera que intenta “desafiar la verdad histórica” y puede difuminar la complicidad, directa o indirecta, de sectores de la sociedad polaca en los crímenes contra los judíos.
Czaputowicz también se refirió a la polémica generada por las declaraciones del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, el sábado en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), al ser preguntado por la citada ley.
Morawiecki defendió la norma y afirmó que “por supuesto que no será sancionable o delito decir que hubo criminales polacos, del mismo modo que también hubo criminales judíos, o rusos o ucranianos, no sólo criminales alemanes”.
Esa referencia a los judíos desató la indignación en Israel, cuyo primer ministro, Benjamín Netanyahu, mantuvo ayer una conversación telefónica con Morawiecki.
Para el ministro de Exteriores polaco, las declaraciones del primer ministro fueron “malinterpretadas”, ya que “en ningún caso tenían la intención de negar el Holocausto o a sus verdaderos autores”.
En su opinión, más que una disculpa, como exige Israel, las palabras de Morawiecki deben ser debidamente explicadas para evitar esa mala interpretación.
Czaputowicz también reiteró la necesidad de diálogo con Israel para alcanzar un acuerdo sobre el texto de la ley.
El viceprimer ministro polaco, Jaroslaw Gowin, intervino también hoy en la polémica y afirmó que “el Gobierno de Polonia es uno de los más pro israelíes de toda Europa”.
Actualmente, el Tribunal Constitucional polaco analiza si la norma contraviene los principios de libertad de expresión, como alegan sus detractores, que consideran que dificultará el trabajo de periodistas e historiadores a la hora de abordar el estudio del Holocausto.
“La interpretación del Tribunal Constitucional es necesaria para eliminar las dudas que puedan surgir sobre esta ley”, explicó Czaputowicz.
Por su parte, el principal partido de la oposición en Polonia, la fuerza de centro-derecha Plataforma Ciudadana, anunció hoy su intención de presentar nuevas iniciativas para intentar reformar la ley, algo que tendrá lugar previsiblemente mañana, martes.
“La redacción de la ley y las pésimas explicaciones ofrecidas por el primer ministro han provocado un desastre diplomático, por lo cual vamos a proponer en el Parlamento varias enmiendas a la norma”, dijo hoy el líder de Plataforma Ciudadana, Grzegorz Schetyna, en su cuenta en una red social.
EFE