Cerca de 30 venezolanos trasplantados protestaron hoy en Caracas debido a la escasez de medicamentos que compromete la salud de decenas de miles de pacientes y exigieron al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) atender esta situación.
EFE
Los manifestantes portaron pancartas con mensajes como “medicinas ya” y corearon la consigna “queremos vivir” en las cercanías de la sede del Ivss, el organismo estatal encargado de suministrar estas dosis que son importadas casi de manera exclusiva por el Gobierno.
El caraqueño Guillermo Valero de 56 años participó en la protesta y dijo a Efe que tiene 15 años trasplantado y 6 meses sin recibir los tratamientos antirechazo que debe tomar para preservar la integridad del órgano que le fue donado.
“Le exigimos al Seguro Social que nos traigan el tratamiento, podemos perder el órgano y podemos perder la vida”, aseveró el técnico de computación.
Valero contó que debido a la escasez de fármacos en el país petrolero, que alcanza el 90 % según estimaciones de organizaciones médicas, ha tenido que comprar pastillas en 6.000.000 de bolívares (unos 200 dólares), equivalentes a 24 salarios mínimos.
Explicó que las dosis necesarias para garantizar el normal funcionamiento del órgano trasplantado pueden ser importadas desde Colombia a un precio cercano a los 800 dólares cada una y, en su caso, necesita tres, y no cuenta con el dinero para ello.
Entretanto, Iraida Barona, una mujer de 47 años que viajó 200 kilómetros de su natal Guárico hasta Caracas para unirse a esta protesta, aseguró que vino a exigir el “derecho a la salud, a vivir con una calidad de vida” y en nombre de los pacientes que han visto mermar su salud debido a la crisis en este sector.
“Hace tiempo que no nos llega el tratamiento (…) sobre todo el antirechazo que nos da la segunda oportunidad de vivir (…) estamos viendo cada día más una muerte lenta por la escasez que tenemos”, dijo Barona que lleva más de la mitad de su vida trasplantada y hasta ahora “sin problemas”.
Por su parte, Ramón Chavier de 51 años viajó 360 kilómetros desde su casa ubicada en la ciudad de Barquisimeto (oeste) y se unió a la manifestación con un cartel que decía “mi hijo me donó su riñón, no lo quiero perder”.
“Estoy aquí para la ayuda humanitaria o para lo que sea porque necesitamos ayuda”, expresó el hombre que lleva cinco años trasplantado, tiempo en el que ha estado “muy bien” pese a no encontrar varias dosis en el último año.
El portavoz de la Coalición por la Defensa del Derecho a la Salud y a la Vida de las Personas en Venezuela (Codevida), Francisco Valencia, dijo hoy a Efe que al menos 300.000 ciudadanos del país caribeño están en riesgo de muerte debido a la escasez de medicinas.
“Son personas con condiciones de salud crónica, dependientes de la institución del Seguro Social. Personas con cáncer, trasplante, hemofilia, esclerosis múltiple, parkinson, que tienen ya una escasez prolongada de medicamentos y que son estadísticas del propio seguro social, son 300.000 personas”, reiteró.
El activista por los derechos humanos denunció también que miles de personas que están en situación de cáncer terminal “están muriendo con dolor, indignamente” pues “no existen medicamentos paliativos en el país” debido a la escasez.