Los países latinoamericanos deben cerrar filas ante el continuado colapso de la economía venezolana y la consolidación de un régimen dictatorial encabezado por el gobernante Nicolás Maduro, y deben comenzar a aplicar sanciones y a prepararse para romper relaciones diplomáticas y comerciales con el país petrolero, dijeron expertos en un foro realizado en Washington, publica El Nuevo Herald.
POR ANTONIO MARIA DELGADO
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Los expertos, quienes advirtieron que la implosión del país está empujando a la población venezolana a vivir en condiciones de un mundo post-apocalíptico, dijeron que el régimen de Maduro está creando la mayor crisis de refugiados del planeta y que América Latina deberían comenzar a diseñar programas de protección migratoria, como los programas de Estatus de Protección Temporal (TPS) que en el pasado ha otorgado Estados Unidos.
“Es la crisis de refugiados más grande del mundo en este momento. Estudios creíbles están mostrando que el número de personas saliendo de Venezuela es más alto que el número de sirios que salen de ese país o de rohinyás que están saliendo de Birmania”, dijo el ex presidente de Bolivia Jorge Qurioga en el evento organizado esta semana por el Atlantic Council.
América Latina tiente ante sí “una situación muy similar a la de la película “Fury Road” en Venezuela, agregó Quiroga refiriéndose a la última película de la serie post-apocalíptica de “Mad Max”. Excepto que la debacle social y económica está siendo ejecutada para consolidar el régimen dictatorial de Maduro.
En este momento la región no tiene más alternativa que salir en ayuda de la población venezolana.
“Si un país necesita que se implemente un TPS pero a nivel mundial para sus refugiados es Venezuela”, señaló Quiroga, al resaltar que esa medida debe ser adoptada simultáneamente con los esfuerzos de la región por continuar presionando y aislando al régimen bolivariano.
Los venezolanos, que previamente disfrutaban de uno de los estándares de vida más altos de América Latina, hoy en día enfrentan grandes dificultades para comer ante el colapso económico que ha derivado en niveles sin precedente de escasez y una tasa de inflación que podría superar el 30,000 por ciento este año.
Los reportes de saqueos de locales y camiones transportando comida se han vuelto comunes, mientras que miles de personas han comenzado a dejarlo todo para dirigirse hacia la frontera.
Más de un centenar de saqueos fueron registrados tan solo en la primera mitad de enero.
Según encuestas locales, más de tres millones de venezolanos ya podrían haber abandonado el país, pero ese número podría multiplicarse pese a los esfuerzos de los países vecinos por reforzar sus fronteras con una mayor presencia militar.
El embajador de Colombia en Estados Unidos, Camilo Reyes, dijo temer que los países latinoamericanos no han logrado entender todavía la magnitud de la crisis venezolana y que la región no tiene tiempo que perder para actuar conjuntamente en la búsqueda de soluciones.
Los países latinoamericanos, reunidos a través del Grupo de Lima, sí han estado avanzando, y los últimos pronunciamientos han sido contundentes ante los planes de Maduro de realizar unos comicios amañados el 22 de abril que extenderían su mandato por seis años más.
Pero los países de la región deberían realizar esfuerzos para conseguir que más naciones, en particular las del Caribe, se unan al Grupo de Lima, convenciéndoles de que la implosión de Venezuela también constituye una grave amenaza para ellos, dijo Reyes.
Y luego con una coalición regional de un tamaño mucho mayor, salir a tomar medidas de mayor presión sobre el régimen de Maduro, dijo el diplomático.
Los panelistas acordaron en que la comunidad internacional debe seguir aplicando sanciones contra integrantes claves del gobierno bolivariano, considerando que están si están teniendo efecto dentro del régimen.
Pero el proceso de aislamiento debe pasar ahora a un pronunciamiento declarando formalmente que el régimen no representa al pueblo venezolano y que sus acciones son totalmente ilegítimas, agregaron.
Esto cobra importancia en la medida en que el régimen entra en la última etapa en la consolidación de un régimen dictatorial que se tornará mucho más represivo a partir del 22 de abril, señalaron.
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