Roberto de Jesús Soto García, socio hondureño de los sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela, Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, aceptó su culpabilidad en los cargos que impuso en su contra el gobierno de los Estados Unidos, quien lo acusa de haber participado en una operación para enviar “varios cientos de kilogramos de cocaína” desde Venezuela a los Estados Unidos, vía Honduras, informa la periodista Maibort Petit.
Por Maibort Petit
@maibortpetit
Soto García fue extraditado a los Estados Unidos en diciembre de 2017, y presentado ante el juez Paul Crotty, el 22 de diciembre de 2017 en una corta sesión donde se le leyeron los cargos. El acusado se declaró en esa oportunidad “no culpable”. No obstante, antes de la segunda audiencia prevista para el 21 de febrero de 2018, el demandado acordó con los fiscales federales asumir su culpabilidad y trabajar en un acuerdo judicial que podría conllevar a una condena menos severa.
La próxima audiencia de Soto García se celebrará a principios del mes de mayo de 2018. Desde esta semana, el acuerdo sellado fue incluido en el expediente del acusado. La fecha de la sentencia se conocerá probablemente a mediados de este año.
Vale recordar que según las últimas estadísticas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, el 97 por ciento de los acusados por delitos de narcotráfico se declaran culpables y obtienen sentencias menores, mientras que el 3 por ciento que va a juicio suelen ser condenados de manera más severa.
Según los documentos federales, Soto García acordó participar en un emprendimiento para transportar cocaína junto a Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, sobrinos de la pareja presidencial venezolana. Los primos Flores fueron condenados a 18 años de cárcel sin beneficios por el juez Crotty en diciembre de 2017.
Soto García acordó en noviembre de 2015 recibir cargamentos de droga en el Aeropuerto Internacional Juan Manuel Gálvez de Honduras. Sostuvo una reunión con Franqui Francisco Flores de Freitas que fue registrada por los informantes confidenciales de la Agencia Antidrogas norteamericana(DEA).
El acusado acordó suministrar información sobre los horarios del aeropuerto, ayudar a recibir el avión cargado de cocaína retirar la droga de la aeronave y tomar medidas para evitar que las autoridades del aeropuerto ( polícia o aduana) pudiesen detectar el cargamento, dice los documentos del tribunal.
En la acusación se mencionan dos reuniones sostenidas por Soto García en Honduras en 2015. Una en noviembre 5 donde el acusado conversó con uno de los testigos cooperantes de la DEA ( El Sentado) y la otra el 6 donde planificó junto a Flores de Freitas y otras personas los planes y transacciones para los envíos de cocaína.
Soto García está acusado de conspirar para traficar, manufacturar y distribuir 800 kilos de cocaína, conociendo que la droga iba a ser enviada a territorio norteamericano, lo cual viola el artículo 21 del Código de los Estados Unidos, sección 952 (a) 7 960 (a) (1).
De acuerdo a fuentes ligadas al caso, Soto García jugó un rol importante en las operaciones de varios cárteles sudamericanos y centroamericanos, entre los que destaca el Cartel de los Soles de Venezuela y el Cartel del Atlántico.
El acusado actuó como un hombre de logística en el importante aeropuerto de Roatán, donde sostenía una red de cómplices que incluyó al operador de vuelos, Carlos González quien se entregó a las autoridades norteamericanas y actualmente es colaborador de la justicia estadounidense.
A Soto García se le vincula al Cártel de los Soles, organización supuestamente formada por militares de alto rango que controlan las más importantes actividades de narcotráfico en Venezuela.
Durante su tiempo de reclusión en Honduras, la familia de Soto García fue asesinada por las mafias que operan en la zona, como advertencia para que el acusado no suministrara información sobre los grupos criminales de la zona.