A una mujer de 62 años los médicos le dijeron que padecía una demencia incurable y que solo viviría entre 5 y 7 años más, por lo que decidió gastar sus ahorros en cosas que siempre había querido, pero el diagnóstico estaba equivocado.
Jackie Dibb, una inglesa retiró junto a su esposo 10.000 libras esterlinas de sus pensiones e invirtieron parte del dinero en unas vacaciones familiares en Turquía, informó Daily Mail. Asimismo, gastaron 4.000 libras en una ducha especial para su casa y 700 libras en una nevera ‘tipo americano’ de doble puerta.
Según reseña el diario, los médicos de un hospital en Yorkshire le diagnosticaron demencia a Jackie debido a varias molestias que estaba presentando, como dolores de cabeza, comportamiento errático y pérdida de la memoria.
Casi un año después, el hospital se comunicó con ella y su esposo para informarles que el diagnóstico había sido incorrecto y que en realidad todo se reducía a depresión y ansiedad. Allí también se disculpaban por el estrés que ocasionaron.