Un amigo del chavismo democrático que está indeciso si irse con el Pacto Republicano, o el Frente Amplio de la MUD, me dijo que lo importante ahorita es sumar fuerzas contra Maduro, y que quizá lo que debemos hacer es sumarnos al frente amplio. Le contesté así:
Hola, amigo Gerson (nombre ficticio). Tienes razón en que la clave aquí es la acumulación de fuerzas. Eso hace la diferencia para ganar esta batalla. Si el gobierno fuera más fuerte que nosotros, lo óptimo sería cohabitar. Y resignarse a perder el territorio. Si somos más fuertes, lo óptimo es la confrontación, el coraje. Y ganamos el territorio (Y estamos en capacidad de ofrecer que el gobierno salga, sin muertos, con un salvoconducto).
Ahora bien. Se necesita fuerza, y una estrategia adecuada. Las dos cosas. Y las dos están relacionadas.
Pero si tenemos la sociedad civil, la fuerza armada, y la comunidad internacional, y el chavismo democrático, ya la batalla está prácticamente decidida, definida. Todavía nos nos falta la calle realmente, y parte importante de la sociedad civil que está desorientada. Hace falta liderazgo, y parte de ese liderazgo debe incluir partidos políticos adecuados.
En esto estamos: tratando de sumar a Soy Venezuela a la alianza, por lo menos, pues parte importante del liderazgo del chavismo democrático, en que estás tú, ya está sumado. Con eso podemos arrancar, realmente.
Ahora bien, con el “frente amplio”? Creo que no. En economía se sabe, y en politología también, que la confianza es determinante en la guerra, en la acumulación de fuerzas para dar la batalla con éxito. Debemos levantar la calle, cuando hagamos nuestros anuncios públicos. Para eso necesitamos confianza, entusiasmo. Credibilidad.
Cuando salgamos a la luz pública, le estaremos pidiendo crédito a la gente: que confíen en nosotros.
Y ese crédito viene de su confianza en quiénes somos. En nuestras acciones pasadas.
Por ejemplo, si un borrachito va a un banco a pedir un crédito, porque el anterior no lo pudo pagar porque lo malversó, y se lo tomó en miche, pues el banco no le va a dar el crédito. No va a tener confianza en él.
Es lo que se llama “señales costosas” en este tipo de juegos: debes tener credibilidad para solicitar esa confianza. Si tenías el dinero, y no lo malgastaste, demostraste que tenías temple como para resistir la tentación. Incurriste en el costo de no ceder a tus malos instintos. Un costo alto, en el que un borrachito no tiene capacidad de incurrir: no tiene cómo costearlo, realmente. En términos coloquiales, “le cuesta mucho” (demasiado!) no caer en tentación.
La MUD no tiene esa credibilidad ahorita frente al pueblo, que es el que otorga el crédito en este caso. Ha cometido, de hecho, crímenes graves, de genocidio culposo (un borrachito que conduce un carro, y atropella a alguien, quizá no intentaba matarlo, pero lo mató; es un hecho). Ha malgastado una y otra vez ese crédito, como lo hemos narrado en los ciclos políticos que se han dado desde la elección de la AN el 6D (ver, sobre esto, http://elestimulo.com/blog/regionales-aceleran-caida-de-maduro-predice-felipe-perez-marti/ )
Aliarnos nosotros con estos bate-quebrados, como Ramos Allup, Rosales y Falcón? Eso no nos acopia confianza (sus partidos no tienen la culpa, en muchos casos, de esos liderazgos erróneos, por cierto). No asegura que se nos dé crédito. El que necesitamos para activar la calle, a la gente. Al contrario. Nos quita el crédito que por nosotros mismos tenemos.
Tenemos información, y es realmente público, que a la fuerza armada que está contra Maduro, no le gusta la MUD, sino la gente, como nosotros, que está confrontando al gobierno. Militares y policías activos del tipo del Mariscal Óscar Pérez. No les gusta el guabineo. La comunidad internacional, por otro lado, que está con nosotros, con la estrategia del coraje, tampoco. Las comunidades que hemos visitado, haciendo asambleas, menos todavía. Lo mismo en los sectores, en particular los trabajadores.
Si no armamos nuestro pacto republicano, pues, y nos sumamos a ese “frente amplio”, que de por sí va a nacer muerto, estaríamos cometiendo un suicidio.
Hay sumas que restan: si algunos sumandos tienen signo negativo, tu suma disminuye si los agregas.
Sumemos a los partidos y la agrupaciones políticas el coraje, como Soy Venezuela. Con eso vamos muy bien. Lo dicen también las en cuestas bien diseñadas, y las asambleas que hemos hecho: necesitamos gente nueva en el liderazgo. Gente fuera de los líderes tradicionales. Y aquí los tenemos. Son gente que sí que ha dado señales costosas: se han mantenido incólumes ante las circunstancias, las tentaciones, las trampas y corruptelas de los caza-renta. Han demostrado que son confiables. Han usado el crédito que el pueblo les ha dado, para aumentar su capital. Para producir, y pagar sus deudas con la gente.
Por si fuera poco, el “frente amplio” está proponiendo seguir con la estrategia de la cohabitación. Prácticamente dar tiempo al gobierno, a cambio de promesas no-creíbles, no-cumplibles por el carácter y las condiciones en que dejarías al jugador opuesto, al gobierno. Una estrategia totalmente errónea, además de constituir genocidio culposo. Que se basa en un diagnóstico equivocado, que dice que el gobierno es demasiado fuerte como para sacarlo por la vía de hecho, acompañada con medidas de derecho. Estas medidas de derecho serían legítimas, como una elección presidencial paralela, tipo 16J, no con el CNE y la ANC, que es lo que estamos proponiendo, pero que no se solo simbólica, sino combólica.
Así que confiamos en que tú sigas con nosotros. Pues el resto de nosotros, definitivamente, no vamos a ir a este “frente amplio”, que no es nada de amplio, por lo demás.
La ira que la gente va a coger, cuando traten de engañarla, es mayúscula. Para eso, a los del “frente amplio” les conviene más que se sigan llamando MUD. Porque cambiar de nombre para engañar a la gente? Esta es capaz de de lincharlos, más bien, como querrán linchar a algunos personeros del gobierno cuando este caiga, como va a caer pronto. Tendremos que hacer un gran esfuerzo para que eso no ocurra, claro. Nada de retaliaciones de ese tipo. Menos violentas.
A ver qué te parece. Les pediría paciencia. Pues ese frente no va a pegar. Y el pacto nuestro sí que tiene todas las de ganar: va a acumular la fuerza necesaria, pues el pueblo ya no come coba. Identifica a quien merece crédito. Y necesita invertir, poner sus ahorros donde den fruto. Y si tenemos fuerza, podemos jugar coraje. Y si jugamos coraje, ganamos la batalla: recuperamos el territorio. Así, pues, fuerza y estrategia están relacionadas. Y con las dos, ganamos. Juguemos a ganador, amigos.
Cordialmente y pendientes, que lo bueno ya llegó,
Felipe