Una segunda tormenta invernal en menos de una semana en la costa este de Estados Unidos provocó el miércoles la anulación de cientos de vuelos en los tres grandes aeropuertos de Nueva York y su área metropolitana.
Una llovizna y nieve liviana caían en la mañana sobre la ciudad, pero aumentaba en intensidad y el servicio nacional meteorológico prevé nevadas toda la tarde, con una acumulación de 15 a 30 cm en la ciudad de Nueva York y de hasta 50 cm en algunas zonas del vecino estado de Nueva Jersey. Se prevé que la tempestad amaine esta noche.
A las 09h00 (14h00 GMT) un 44% de los vuelos del aeropuerto Newark en Nueva Jersey habían sido anulados, al igual que un 42% de los vuelos en el aeropuerto de Laguardia y un 37% en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, según el sitio especializado Flightaware.com.
“Cada aeropuerto está equipado con provisiones críticas como catres, frazadas, pañales y fórmula de bebé para los pasajeros varados”, informó la Autoridad Portuaria.
Las autoridades parecen haber tomado precauciones luego de la gran tempestad que causó gélidas temperaturas a fin de año y generó caos durante varios días en el aeropuerto JFK, donde además el frío provocó la ruptura de cañerías y la inundación parcial de la terminal de llegadas. Durante días cientos de pasajeros, muchos con sus niños, durmieron en el piso del aeropuerto esperando que se reanudaran los vuelos.
Este miércoles, no obstante, el termómetro no cayó tanto, y marcaba 2ºC.
La mayoría de los trayectos largos desde la terminal de buses de Nueva York, la ciudad más poblada del país con 8,5 millones de habitantes, también cancelaron sus rutas este miércoles.
“Las carreteras pueden ser peligrosas y fuertes vientos pueden causar cortes de electricidad”, alertó la policía de Nueva York.
Aunque las escuelas públicas abrieron sus puertas en Nueva York, algunas escuelas privadas decidieron permanecer cerradas o enviar a los niños a casa más temprano.
Otra tempestad dejó la semana pasada al menos cinco muertos en el noreste de Estados Unidos, sobre todo a raíz de la caída de árboles tras fuertes nevadas, intensas lluvias y violentas ráfagas de viento que provocaron la anulación de miles de vuelos y salidas de trenes. AFP