Entre el sábado 10 y domingo 11 de marzo el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA) registró 28 protestas ciudadanas por los cortes de luz que se agudizaron en el estado Mérida desde el pasado viernes.
Nota de prensa
Los apagones prolongados y las constantes fallas en los servicios básicos como luz y agua, originaron las manifestaciones públicas sobre todo en horas de la noche con trancas de avenidas y calles, lo que evidenció el malestar de la ciudadanía por la mala calidad de vida que existe producto del retroceso en la administración y acceso a los servicios, los cuales están en manos del Estado venezolano.
El ODH-ULA aseguró que la falla de la mayoría los servicios básicos es característica del empobrecimiento de la población y forma parte de la crisis humanitaria que vive el país.
Mayda Hocevar, directora del ODH-ULA, señaló que las características de medición de las poblaciones más pobres o cinturones de miseria en el mundo son el acceso a los servicios básicos, “nosotros estamos entonces pasando a formar parte de ese estándar de cinturones de miseria y poblaciones de miseria, porque carecemos de esos mínimos servicios básicos como la luz, el agua, el gas doméstico, entre otros”, dijo Hocevar.
Las fallas de los servicios conllevan además a la violación de otros derechos humanos como la salud y la educación y en general el limitado acceso a los servicios básicos viola el derecho que tienen los ciudadanos a tener una vida digna.
El acceso a la energía eléctrica y otros servicios como el agua son condiciones básicas para superar la pobreza, por lo que hay una relación de dependencia entre la producción de energía y el agua y viceversa.
Durante el mes de marzo de 2018 el ODH-ULA registró 31 protestas por fallas en el servicio eléctrico y en total 35 protestas por fallas en los servicios básicos.