El análisis de situaciones y hechos a partir de una visión parcial y limitada suele conducir conclusiones equivocadas. Una mirada influenciada por prejuicios en nada contribuye a formarse un criterio sobre los acontecimientos. A menudo las reacciones que se producen están impregnadas desde esa óptica, las redes sociales son un ejemplo de estas consideraciones.
Estas reflexiones surgen a partir de diversos comentarios a dos acontecimientos trascendentes de la semana pasada, el primero de ellos el protagonizado por importantes instituciones, gremios y organizaciones de la sociedad civil efectuada en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, donde se mostró una verdadera disposición a encontrarse, además de ser expresión de relanzamiento de una nuevo estadio de la unidad de las fuerzas del cambio.
El segundo acto realizado en el Centro Cultural Chacao donde se anunció la constitución del “Frente Amplio Venezuela Libre”, ambos eventos tenían sus particularidades y sus coincidencias. Extrañamente hay quienes aplaudieron el primero y vituperaron la constitución del Frente, sin establecer la más mínima relación entre ellos.
En el Aula Magna representantes de las organizaciones políticas y un grupo de parlamentarios asistieron sin ser los protagonistas principales, en Chacao los dirigentes políticos participaron como coprotagonistas, junto a una nutrida representación de instituciones y representación de la sociedad civil organizada. No podía ser de otra manera, ya que se trataba de estar en sintonía con los objetivos planteados por la nueva organización.
Negar el rol de los partidos políticos en un Frente que se propone el cambio político, significa desconocer la realidad y las enseñanzas históricas. Los partidos al margen de su actual debilidad, de sus carencias, limitaciones e incluso sus errores, son instrumentos indispensables en la lucha social y política, sería impensable alcanzar propósitos como los definidos sin su concurso.
El resurgimiento de nuevas versiones de la antipolitica y de añejas posiciones antipartido, parecen olvidar el clima que a partir de esa predica y la aparición de figuras denominadas “notables” con su discurso contribuyeron decisivamente a las manifestaciones que posibilitaron la llegada al poder del régimen actual.
Lo que es peor la descalificación del segundo acto -en la mayoría de los casos- se fundamentó en una foto donde solo aparecían los dirigentes políticos que con todo derecho y de manera natural participan del Frente, los pretendidos críticos riguroso, ni siquiera se molestaron en averiguar cómo se había desarrollado el evento. Se formaron un severo juicio a partir de una fotografía parcial y lanzaron un grito de angustia ¡Las mismas caras¡
Si se hubiesen cuidado de revisar los detalles del acto habrían tenido cuando menos que variar la exclamación, porque participaron como oradores: Rafaela Requesen, Presidente de la FCU de la UCV, Abner Molina del Consejo Evangélico, José Virtuoso, Rector de la UCAB, Víctor Márquez Presidente de la APUCV UCV, Ricardo Cussano de Fedecamaras, Ali Gómez, joven del chavismo disidente, Francisco Valencia Director de Codevida, Jhonny Montoya, hermano del colectivo asesinado Juancho Montoya. ¡No eran las caras de siempre¡
De los dirigentes políticos apenas hablaron Ramón Guillermo Aveledo, a nombre de todos los partidos políticos presentes y Omar Barboza en su condición de Presidente de la Asamblea Nacional.
El título de este artículo podría sugerir que lo dedicaría a la obra teatral de Gustavo Ott y que en la actualidad la puesta en escena está bajo la dirección de Hector Manrique, con excelente acogida por la crítica y el público en general, mi afición al teatro solo se manifiesta como espectador. En la política intento -no siempre se logra- analizar los hechos de manera global, mucho menos juzgar un acto trascendente por una imagen fotográfica parcial.