Stephen Hawking, de los agujeros negros a la relatividad y la física cuántica

Stephen Hawking, de los agujeros negros a la relatividad y la física cuántica

Foto: Stephen Hawking / EFE
Foto: Stephen Hawking / EFE

 

Stephen Hawking deja tras de sí un importante legado científico, cuya aportación más original y esencial fue intentar establecer una teoría en la que confluyan la Relatividad General de Albert Einstein y la física cuántica.

El físico y traductor al castellano de algunos de los libros del Hawking, David Jou, explicó a Efe la importancia de su teoría sobre los agujeros negros, pero también su contribución indispensable para abrir la relación entre física cuántica y cosmología (cuya base es la Teoría de la Relatividad General).





Ambas áreas de la física todavía no se han podido armonizar, pero Hawking obtuvo “los primeros resultados concretos -muy elegantes matemáticamente-“, con los que logró que se “aproximaran como no se había logrado nunca antes”.

Aún no se ha logrado que Relatividad General y física cuántica se fundan en una sola teoría con “total coherencia”, pero el trabajo del Hawking, fallecido hoy a los 76 años, “abrió ese camino”, indicó el catedrático de Física de la Materia Condensada David en la Universidad Autónoma de Barcelona.

En sus teorías sobre los agujeros negros Hawking usó aspectos tanto de la teoría de la Relatividad General como de la mecánica cuántica.

El científico dedicó buen parte de su saber al estudio de los agujeros negros, campo en el que “su resultado más espectacular” fue la formulación de la llamada “radiación de Hawking”.

Jou explicó que, según la teoría clásica de la física, de un agujero negro no pude salir nada, pero usando aspectos de la cuántica “sí parece” que emitan pequeñas partículas y radiación, debido a “una interacción entre la gravitación y el vacío cuántico”, con lo que son capaces de emitir energía, perder materia e incluso evaporarse.

La combinación de relatividad general y física cuántica también deja su huella en el estado inicial del Universo. En la teoría clásica este debería tener una densidad infinita, “que es lo que conocemos como singularidad del Big Bang”, pero dicha densidad pasa a ser finita.

Esa densidad finita hace que sea accesible una descripción físico-matemática del Universo con “una teoría que todavía no conocemos en su profundidad y que quizás sea muy diferente de lo que ahora imaginamos”, explicó.

Hawking, a quien su inmovilidad física le constreñía a un “pequeñísimo espacio vital”, fue capaz de abrirse “al espacio inmenso del Cosmos”, pero sin por ello dejar de interesarse por los problemas de la gente, dijo el físico español.

Así, Jou recuerda con “emoción” la visita que Hawking hizo a la Universidad Autónoma de Barcelona en 1988 y cómo, tras dar su conferencia, estuvo jugando por los pasillos con un grupo de chicos y chicas que también usaban silla de ruedas.

“Cuando le decíamos que ya era hora de ir a comer -recuerda-, él contestaba que prefería quedarse sin comer y seguir jugando con aquellos chicos un rato”.

EFE