Enfermeras de hospitales de Guayana amenazan con renuncia masiva ante indolencia estatal

Enfermeras de hospitales de Guayana amenazan con renuncia masiva ante indolencia estatal

Enfermeras y trabajadores del Hospital Uyapar y Hospital Dr. Raúl Leoni marcharon por la carrera Churún Merú y tomaron el semáforo del antiguo Friday’s, en el Paseo Caroní
Enfermeras y trabajadores del Hospital Uyapar y Hospital Dr. Raúl Leoni marcharon por la carrera Churún Merú y tomaron el semáforo del antiguo Friday’s, en el Paseo Caroní

 

“Vine a marchar porque estoy cansada de ganar 500 mil bolívares al mes y no poder, ni siquiera, pagarme el pasaje de transporte para ir a trabajar”. La realidad laboral de las enfermeras y trabajadores de los hospitales Dr. Raúl Leoni, en San Félix, y Uyapar, en Puerto Ordaz, es cada vez más cruda. Marilú Sánchez, enfermera con 36 años de trayectoria en el primer centro mencionado, no lo aguanta más, publica Correo del Caroní.

@OrianaFaoro

Vive gracias a que su hijo mayor la ayuda económicamente. Su precario sueldo lo invierte en su hija menor, que actualmente cursa la carrera de Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Hace 30 años, su sueldo como profesional del Hospital Dr. Raúl Leoni le permitió criar y educar a sus tres hijos en colegios privados, pero hoy no le alcanza ni para comer.

Motivaciones similares llevaron a grupo de enfermeras, trabajadores administrativos y obreros a protestar este jueves en la mañana en la entrada del Hospital Uyapar, y posteriormente en el semáforo del Paseo Caroní, paralelo al centro de salud. “Salario digno y transporte” repetían al unísono, pues la falta de este último servicio por parte del centro asistencial dificulta aún más que los pocos trabajadores que quedan puedan llegar a tiempo a sus turnos.

Protestaron en la entrada del Uyapar, pese a que está militarizado desde la semana pasada, luego de que comenzaran las protestas laborales. No tienen miedo a represalias gubernamentales; por el contrario, amenazan con una renuncia masiva para no ser cómplices de una deplorable política de administración sanitaria que ha desteñido por completo la excelencia que caracterizó a los dos hospitales del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) en Ciudad Guayana.

“Gano más como peluquera”

La manifestación transcurrió de forma pacífica entre las 8:00 y las 11:00 de la mañana de este jueves. Pancartas, pitos y hasta un budare fueron los recursos que usaron los trabajadores de la salud para recordar que sus ollas están tan vacías como los depósitos de los hospitales.

amileth Sánchez, enfermera con siete años trabajando en el Uyapar, reveló que gana más como peluquera que como licenciada en un hospital adscrito al IVSS.

“Estoy por renunciar. Es indignante que cortando pelo gane más que por ejercer una profesión que me gané estudiando cinco años en una universidad… Antes ganaba bien como enfermera en dos sitios a la vez, pero el transporte público es tan malo que ya no es rentable andar moviéndose de un lado a otro. Prefiero dedicarme de lleno a la peluquería”, remató antes de arrancar a marchar.

En el Hospital Dr. Raúl Leoni, en el sector Guaiparo de San Félix, la realidad es la misma. Marilú Sánchez reveló que en pediatría, donde trabajaban 40 enfermeras, solo quedan 16. “Aparte de todo lo que pasamos, también somos explotadas, porque atendemos muchos más pacientes de los que somos capaces. ¿Quién va a poder trabajar bien si no come bien? ¿Si no tiene para darle de comer a sus hijos?”, cuestionó.

Las renuncias han sido paulatinas y generalizadas en los últimos meses, cuando se ha agudizado la hiperinflación, la escasez y la crisis generalizada en Venezuela. Unos emigran, otros introducen reposos médicos y otros más simplemente abandonan los puestos al terminar sus vacaciones. El IVSS no autoriza nuevos ingresos.

Cúspide de la escasez

Trabajadores de limpieza del Hospital Uyapar denunciaron que el centro no provee los detergentes suficientes para limpiar. “He traído hasta de mi casa para poder limpiar un quirófano, porque da dolor saber que uno va a dejar un quirófano sucio y los pacientes se van a contaminar. Nos dejan un poquito de jabón para tres turnos y alcanza para uno solo”, reveló una trabajadora que prefirió no revelar su nombre.

Marilú Sánchez cuenta el otro lado de la escasez. Los pacientes o familiares deben llevar todo lo que necesitan para ser atendidos, incluso los yelcos. “Dejan 20 yelcos para un turno en el que se pueden atender más de 60 pacientes, y así es con todo. Cuando cobro la cestaticket, compro algodón y alcohol para tenerlo, porque mi ética no me permite pedirle algo tan básico a un paciente, menos inyectar a un bebecito sin pasarle alcohol”.

Expuso que, por falta de yelcos, han hecho cateterismos por el ombligo a los bebés recluidos en el retén patológico, procedimiento que debería ser practicado en circunstancias específicas y no rutinarias.

Una nueva protesta de parientes y pacientes ratificó la crisis humanitaria que vive Venezuela en todos sus rincones. La mayor insatisfacción es que los gritos de ayuda no parecen llegar a oídos de las autoridades encargadas de revertir las políticas sanitarias y laborales del Estado.

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