“Estoy durmiendo en mi coche desde que salí de Afrín”, relató hoy a Efe Suleimán Yafar, que al igual que muchos de sus vecinos, se vio obligado a abandonar su casa el pasado fin de semana ante el avance de las tropas de Turquía en esta urbe del noroeste de Siria.
Yafar, responsable de Relaciones Exteriores de la administración autonóma kurdosiria de la región de Afrín, huyó “con lo puesto” junto a su familia de la ciudad homónima, que fue conquistada ayer por el ejército turco y facciones rebeldes sirias pro Ankara.
En su caso, optó por dirigirse a una zona montañosa del enclave, que prefiere no nombrar por seguridad, y que todavía está en poder de la milicia kurdosiria Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo).
Según los datos de los que dispone Yafar, unas 100.000 personas han escapado de la región, situada en el noroeste de la provincia siria de Alepo, desde el inicio de la ofensiva de Turquía el pasado 20 de enero.
Esa cifra fue corroborada hoy por la Oficina de Coordinación Humanitaria (OCHA) de Naciones Unidades en Siria que confirmó que 98.000 personas se han desplazado de Afrín para dirigirse a otras partes de Alepo, como Tel Refat, Nubul y Al Zahrá.
“Decidimos marcharnos porque Turquía atacó con toda su fuerza la ciudad de Afrín y los bombardeos eran inhumanos”, denunció Yafar en su conversación telefónica con Efe.
Ahora está en una área montañosa del enclave, donde “no hay agua ni servicios”.
“Desde la administración autónoma (kurdosiria) estamos intentando repartir pan entre todos los desplazados pero es complicado”, lamentó.
Otro de los habitantes de la población de Afrín que ha huido es Emad Yabu, que ha abandonado su hogar junto a su esposa y sus dos hijos de siete años y ocho meses.
Yabu es doblemente desplazado porque el año pasado llegó a Afrín procedente de otra localidad del norte de Alepo que en el pasado estuvo ocupada por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), luego por el Frente al Nusra (antigua denominación de la filial siria de Al Qaeda) y actualmente por facciones opositoras respaldadas por Ankara.
Yabu y su familia se han marchado a la zona de Fafin, también en Alepo y bajo el dominio de las YPG.
“Salimos hace tres días tras un largo asedio y por los bombardeos que tenían como blanco a los civiles, nos marchamos un gran número de desplazados”, rememoró Yabu.
Tardaron dos días en llegar a Fafin, a unos 100 kilómetros de la urbe de Afrín, ya que, aseguró, las tropas turcas y los rebeldes sirios que las apoyan “disparaban cohetes contra la carretera”.
Las tropas de Turquía irrumpieron desde dos lados en la localidad de Afrín y, tras hacerse con su control, han registrado todas las viviendas y han robado pertenencias de los ciudadanos, indicó Yabu, de acuerdo a informaciones que le han contado.
Ahora se abre un futuro incierto para él y el resto de sus vecinos, que como muchos de sus compatriotas en Siria, se han visto abocados al desplazamiento.
La región de Afrín estaba totalmente bajo el dominio de las YPG hasta que el ejército turco y sus aliados comenzaron su ofensiva en enero pasado en la que han ido progresando gradualmente.
Ankara considera terroristas a las YPG por sus vínculos con la guerrilla kurda presente en su territorio, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). EFE