La ONU anunció este martes una investigación sobre el bombardeo de una escuela coránica del noreste de Afganistán, donde presuntamente se escondían combatientes talibanes, pero que según testigos y supervivientes fue una “carnicería” en la que murieron decenas de civiles, incluyendo niños.
AFP
Para esclarecer los hechos, la misión de Naciones Unidas en Afganistán (Manue) anunció el envió de un equipo de derechos humanos a la zona para “comprobar los hechos”, indicó un comunicado.
El ataque tuvo lugar el lunes a media jornada, durante una ceremonia de entrega de diplomas en el reciente de esta escuela, adyacente a una mezquita, y en presencia de los alumnos y de sus familias.
La madrasa (escuela coránica) está situada en el distrito de Dashte Archi, controlado por los talibanes, en la provincia de Kunduz.
Según el jefe de la policía de Kunduz, el general Abdul Hamid Hamidi, murieron 72 personas, “todos enemigos”, según él.
Sin embargo, fuentes de los servicios de seguridad que no quisieron identificarse aseguraron que hubo “59 muertos, la mayoría niños, algunos de 8 años, así como 17 talibanes”. Además 57 heridos fueron llevados al hospital de Kunduz, según la misma fuente.
“Es una madrasa grande, la gente estaban sentados en filas. Había al menos mil personas, quizás dos mil, que participaban en la ceremonia de ‘entrega de turbantes’. Eran estudiantes, gente de la zona, no vi a talibanes”, explicó a la AFP Yusuf, un testigo, que asegura haber visto acercarse helicópteros que bombardearon la escuela.
“Los helicópteros bombardearon la fila de los alumnos. Vi sangre por todas partes, partes de cuerpos esparcidos”, aseguró.
Otro testigo, Abdul Khalil, que estuvo en el lugar tras el bombardeo, asegura haber visto 35 cuerpos, “la mayoría decapitados”.
“De mi tribu murieron 15 personas, entre ellos mi sobrina de 15 años”, aseguró, hablando de una “carnicería”. “Todo estaba lleno de sangre y el suelo lleno de partes del cuerpo, cabezas, miembros”.
Según fuentes del ejército y de los servicios de seguridad afganos, los talibanes habían organizado una reunión de sus líderes en esta escuela religiosa, que estaba vigilada “por numerosos guardias en moto”. “Tras el ataque empezaron inmediatamente a disparar con armas ligeras contras los helicópteros del ejército”, explicó una de esas fuentes.
Por su parte, un comandante talibán en Pakistán aseguró a la AFP que en la escuela había 750 estudiantes a punto de recibir su diploma antes de irse dos meses de vacaciones.
“Con las familias, que estaban invitadas, había al menos dos mil personas” en una carpa dentro del recinto que alberga la escuela y la mezquita, pero según él no había ningún líder talibán.
El comandante, que confirmó que el distrito de Dashte Archi está mayoritariamente en manos de los insurgentes, la escuela está abierta al público y suele acoger a 3.500 estudiantes, la mitad de los cuales viven en pensión.
La Misión de Asistencia a Afganistán (Manua) de la ONU recordó en su comunicado “la obligación de proteger a los civiles del impacto de un conflicto armado”.
El expresidente afgano Hamid Karzai condenó firmemente el bombardeo en un mensaje en Twitter. Sin embargo el gobierno y el presidente Ashraf Ghani todavía no se han pronunciado y de momento no hay ninguna investigación oficial en curso.