Hambreados y esperanzados por encontrar el alimento que no consiguen en sus hogares, miles de venezolanos recurren diariamente a comedores populares, comedores que se han convertido en su única esperanza para llevarse un bocado.
Algunos no son indigentes, son venezolanos con grado medio de educación que acuden con sus hijos a estos lugares donde saben que luego de un tiempo de espera pueden sentarse a una mesa y degustar un plato de sopa.
El templo Renacer, en el centro de Caracas es uno de los tantos comedores que ofrecen sus servicios. Hace 10 meses atendían a 60 personas, hoy la crisis ha hecho estragos y atiende más de 1000 almuerzos diarios, según el material audiovisual del canal internacional Caracol.
