Los inversionistas que compraron deuda venezolana en las últimas semanas con la esperanza de que las elecciones de mayo den pie a un nuevo gobierno o que los crecientes precios del petróleo mejoren la solvencia del miembro de la OPEP podrían estar frente a una dura realidad, dijeron analistas y gestores de carteras.
Por Rodrigo Campos / Reuters
Miles de venezolanos cruzan la frontera a diario hacia Colombia y Brasil en busca de mejores condiciones de vida, en medio del recrudecimiento de la crisis económica y social en el país.
Pero quienes apuestan a un cambio de gobierno deben estar conscientes de la imposibilidad de la oposición, hasta ahora, de unirse alrededor de la candidatura del militar retirado y exgobernador Henri Falcón, de 56 años, quien es el principal rival del presidente Nicolás Maduro.
Otras apuestas que se basan en la subida de los precios del crudo, a sus niveles más altos en más de tres años, se ven contrarrestadas por una producción petrolera de Venezuela en rápido declive.
Desde octubre de 2017, el Gobierno de Maduro y la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) han incumplido con pagos de deuda por 2.600 millones de dólares hasta principios de abril, según Millstein & Co, que fue contratado recientemente como asesor financiero por algunos acreedores venezolanos.
La decisión del país de hacer pagos de deuda de manera selectiva ha elevado algunos precios de los bonos y ha dejado a otros languidecer.
Para la emisión de bonos 2020 de PDVSA, respaldada por los activos de la refinería Citgo, los precios se han mantenido altos con una oferta de alrededor de 86,5 centavos por dólar y un rendimiento cercano al 20 por ciento.
Pero el bono venezolano de referencia, el 2027, cayó a alrededor de 19 centavos por dólar a principios de enero antes de recuperarse a su precio de oferta actual de 31,625 centavos.
Los muy bajos precios de los bonos tentaron a los inversionistas ávidos de riesgo a principios de este año, dijo Ray Zucaro, director de inversiones de RVX Asset Management en Miami.
“Lo que creo que ha sucedido más recientemente (…) es que la situación general en Venezuelaha empeorado tanto, está tan caótica, que el sentimiento general es ‘bueno, tenemos que estar cerca del final o más cerca del fin (del gobierno actual) de lo que estábamos antes”, añadió.
Zucaro reveló que compró deuda de PDVSA a principios de este mes, pero se negó a dar detalles.
Los venezolanos irán a las urnas el 20 de mayo y el presidente Maduro compite por la reelección. La oposición ha llamado a boicotear el voto y el proceso electoral fue rechazado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
La principal esperanza para algunos inversionistas y venezolanos es que el candidato alternativo, Falcón, un exmiembro del partido de Maduro, emerja como un líder de transición. Según una encuesta de Datanálisis, supera con 7 puntos porcentuales a Maduro en la intención de voto.
“No creo que haya alguna posibilidad real de que Maduro gane unas elecciones libres y justas, pero la probabilidad de que las elecciones sean totalmente libres y justas es muy baja”, opinó Paul McNamara, director de inversiones en la firma global de gestión de activos GAM con sede en Londres.
El optimismo sobre el potencial para un cambio de gobierno está fuera de lugar, alertó Kathryn Rooney Vera, jefe de investigación y estrategia de mercados emergentes en Bulltick LLC en Miami.
“Hay muy pocas razones para ser optimista”, dijo. “Es poco probable que el régimen que está a cargo en este momento haga las reformas económicas necesarias para continuar sirviendo la deuda de una manera razonable”, añadió.