Avanza el juicio a Nicolás Maduro por corrupción, con la actuación firme de los poderes públicos legítimos: TSJ, Fiscalía y AN, y ya él debería estar separado del cargo; lo cual impide el contubernio de las instituciones forajidas a su servicio y el indigno alto mando que acumulan cada día más expedientes en su contra. Pudiéramos hasta perder el Esequibo y Citgo y no quedar piedra sobre piedra, pero el régimen fallido intentaría quedarse en el poder como sea.
La hiperinflación causa empobrecimiento general y la caída estrepitosa de la calidad de vida de todos, y una crisis de luz eléctrica, agua, gas, a lo largo y ancho del país, que proscribe una vida digna. El Estado fallido, incapaz de asegurar los insumos básicos para la subsistencia del pueblo, ocasiona más hambre y desempleo. Viola el derecho fundamental a la alimentación y la dignidad humana, porque manipula el hambre de la gente como control social para permanecer en el poder a cualquier precio.
La insalubridad campea y regresan epidemias que ya habían sido erradicadas, en las poblaciones más vulnerables con el agravante de la falta de medicamentos. La emigración se salió de cauce y afecta a todos los niveles sociales.
Ante tal tragedia queda totalmente deslegitimada la realización de la farsa electoral convocada para el próximo 20-M, sin las garantías de un proceso electoral, libre, confiable y transparente. Esto conduce a una catástrofe humanitaria con destrucción y muerte. Este bochinche de revolución ladrona y perversa evita que el pueblo piense, no le conviene sino esclavizarlo para su permanencia en el poder.
Estos bandidos destruyeron el eficiente sistema eléctrico construido por la democracia en 40 años y que fuera referencia mundial. Se valieron de la Decretadera de “emergencia”, al margen de la AN, para robarse 23 mil millones de dólares y comprar chatarra inservible. Corpoelec es disfuncional. Maracaibo colapsó, 600.000 horas sin mantenimiento de las unidades; simplemente lo que no se mantiene no dura, los apagones continuos causan crisis en el comercio, en los puntos de ventas e internet y la delincuencia actúa a placer.
Todas las encuestas señalan el rechazo del 80%, está claro que el problema es político, siendo lo más conveniente a la nación la dimisión de Maduro.
El régimen bochornoso de Nicaragua tiene los días contados, al igual que el de aquí le gusta elecciones amañadas con oposición a su medida.
Nuestra fuerza se afinca en la convicción de los valores y principios republicanos. Los venezolanos que amamos la patria daremos un rumbo distinto a esta historia de muerte. Tengamos fe en el cambio y la transformación del país si nos empeñamos a fondo. Somos la reserva moral y nuestra protesta es justa. La historia se hace liberando la capacidad de los pueblos para organizarse. Juntos edificaremos una Venezuela mejor.