El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aseguró este martes que las transformaciones económicas y sociales en Cuba se rigen por la premisa de “no dejar a nadie atrás”, en sintonía con la nueva propuesta de la Cepal que propone acabar con la desigualdad para lograr un verdadero crecimiento en Latinoamérica y el Caribe, reseña EFE.
“Trabajamos en un plan nacional de desarrollo hasta 2030 dentro del proceso de actualización del modelo económico y social cubano, iniciado en 2011 y regido por la premisa inviolable de no dejar a ningún ciudadano desamparado. Nunca aplicaremos las conocidas terapias de choque que solo afectan a los más necesitados”, dijo.
Díaz-Canel demostró su apoyo al nuevo derrotero proyectado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), durante la apertura este martes en La Habana del 37 Periodo de Sesiones de ese organismo de las Naciones Unidas, que la isla presidirá temporalmente durante el bienio 2018-2020.
En su primer discurso como presidente cubano ante un foro multilateral, Miguel Díaz-Canel reiteró que su país mantendrá la “cooperación solidaria sobre la base del respeto mutuo, la ayuda desinteresada y la complementariedad” con las naciones de la región.
“Pese a carencias y dificultades mantendremos esta voluntad siguiendo el principio de compartir lo que tenemos, no lo que nos sobra”, señaló el primer mandatario cubano sin apellido Castro en casi sesenta años.
Agregó que -como demuestran estudios de la CEPAL- América Latina y el Caribe es la zona más desigual del mundo, una “consecuencia del imperialismo, el neoliberalismo y las políticas macroeconómicas que durante décadas favorecieron a las trasnacionales e hicieron mas profundas las diferencias”.
Para Díaz-Canel “no hay mas opción que avanzar en la integración regional y el desarrollo con equidad, que conduzcan a revertir la pirámide por la cual en los principales países de la región el 1 % se apropia de una enorme parte de las riquezas”.
La brecha entre ricos y pobres solo se cerrará “con la distribución equitativa de ingresos” para lo cual los Estados deberán garantizar “el acceso a la alimentación, el trabajo, la educación de calidad, la salud, la cultura y mejores condiciones de existencia”, añadió.
“Sabemos que no habrá desarrollo sin paz, ni paz sin desarrollo”, insistió el presidente cubano, quien defendió que las políticas públicas de los recientes gobiernos progresistas en Latinoamérica condujeron a “exitosos resultados de progreso social y crecimiento económico que sacaron del hambre y el analfabetismo a decenas de millones de personas”.
Díaz-Canel también abogó por la equidad en el acceso a las tecnologías de la comunicación.
En ese mismo tono, llamó a reflexionar sobre “la creciente monopolización de los medios y el intento de imponer a través de ellos un pensamiento único, el consumismo, la manipulación de la voluntad de las personas y valores, muy alejados de las realidades y aspiraciones regionales”.
Además, el mandatario insistió en la necesidad de luchar contra el cambio climático que “afecta a todos en una u otra medida” aunque la peor parte la llevan los estados del Caribe, donde “estas amenazas se multiplican e imponen enormes tensiones sobre las economías”.
Miguel Díaz-Canel subrayó que estas condiciones “suponen un trato especial” para los países caribeños, muy afectados por huracanes y sequías, “y a la vez mayor apoyo, solidaridad y cooperación”.
El año pasado, los huracanes Irma y María asolaron buena parte de los países caribeños, dejando tras de sí miles de millones de dólares en daños -unos 13.500 millones en el caso de Cuba- y provocando decenas de muertes.
EFE