La Organización Mundial de la Salud (OMS) se prepara para el “peor escenario” posible ante el nuevo brote de ébola en la República Democrática del Congo (RDC), donde ya se han detectado 32 casos sospechosos de la enfermedad.
El pasado martes, el Ministerio de Salud de la RDC notificó que había confirmado dos casos de ébola en laboratorio y el mismo día se declaró oficialmente un nuevo brote en el país, escenario de varias epidemias en el pasado.
Equipos de la OMS, Unicef, la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) y Médicos sin Fronteras (MSF) se han desplegado en la región donde ha surgido el brote, en Bikoro (noroeste), un lugar remoto a 280 kilómetros de la capital provincial y con una infraestructura muy pobre, según explicó en una rueda de prensa el director de emergencias de la OMS, Peter Salama.
“Estamos muy preocupados porque el área donde ha surgido es remota y muy pobre y con un acceso muy precario, con lo que la llegada de asistencia es un desafío en sí mismo”, afirmó el experto.
Por ello, la OMS está a punto de firmar un acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) para poder contar con helicópteros en los cuales transportar personal y materiales, y al mismo tiempo se está planeando la posibilidad de crear una pista de aterrizaje para que los aviones puedan aterrizar.
“Tenemos miedo de que el brote se expanda a Bandaka, la capital provincial, con un millón de habitantes, si llega a esa ciudad tendremos un brote mayor y un desafío muy importante, porque sabemos de nuestra experiencia en África occidental que cuando el ébola llega a la gran ciudad, y especialmente a áreas de chabolas, es muy difícil detener la enfermedad”, afirmó Salama.
Asumió que la respuesta de la OMS está siendo “inmediata” y totalmente proactiva tras las críticas vertidas a la organización en 2014 por su tardía reacción al brote de ébola en África occidental que se saldó con 11.300 muertes y más de 28.000 casos.
De esa experiencia se aprendió que es esencial desplegar sobre el terreno antropólogos y expertos en comunicación comunitaria para explicar a la población local los riesgos que conlleva estar en contacto directo con una persona enferma, dado que el virus del Ébola se transmite por la secreción de la piel y las mucosas, especialmente justo después de morir.
En la anterior epidemia el virus se expandió de forma exponencial a causa de la tradición de lavar y besar a los muertos en funerales multitudinarios, una costumbre que también se da en RDC.
Salama confirmó que todo indica que la transmisión en un funeral ya ha ocurrido en esta epidemia.
Además, se ha confirmado la muerte de tres trabajadores de la salud supuestamente infectados por ébola, lo que “preocupa muchísimo” porque los sanitarios han sido también en el pasado focos importantes de transmisión.
Todas las organizaciones implicadas desplegarán este fin de semana antropólogos sobre el terreno.
Asimismo, la OMS está preparándose para poder iniciar una campaña de vacunación en cuanto el gobierno dé la luz verde, y Gavi, la Alianza para la Inmunización, ya ha anunciado que financiará las vacunas.
Se necesita el consentimiento del Gobierno dado que es aún una vacuna experimental sin licencia y el riesgo a efectos secundarios es alto.
“Además, se necesita que las vacunas estén a una temperatura de entre -60 y -80 grados centígrados, lo que implica un desafío de organización enorme”, puntualizó.
Las cuarenta personas que trabajaron en los ensayos clínicos de la vacuna en Guinea Conakry serán los que implementen el proyecto en RDC si se aprueba.
Asimismo, la OMS ha puesto en alerta a nueve países fronterizos de RDC, aunque están especialmente preocupados por el riesgo de contagio en Congo Brazaville y República Centroafricana, porque comparten vías fluviales con Kinshasa. EFE