Quien no aprende es porque no puede o porque no quiere.
Excuso a quienes no pueden. No así a los que no quieren.
Y quien no quiere generalmente es porque no le conviene.
Quien no haya aprendido de los últimos tres eventos “electorales” habidos en Venezuela es porque definitivamente no quiere. Y no le conviene.
La gran farsa de la elección de la Asamblea Constituyente Cubana en Julio del 2017 nos señaló el camino y la clarísima disposición del régimen de Maduro de hacer cualquier cosa por conservar el poder. Hasta Smartmatic tuvo que declarar la alteración de millones de votos.
Luego vinieron los dos procesos comiciales de Gobernadores y Alcaldes. En ambos, el fraude, la trampa, la sinverguenzura y la cantidad masiva de delitos electorales fueron las constantes.
En los tres casos, la dictadura madurista, apoyada por un CNE de señoras corruptas, se quitaron la careta y le dijeron al mundo que no estaban dispuestos a entregar el poder bajo ninguna circunstancia.
De estas “elecciones”, nos toca aprender lecciones.
Porque de esos polvos viene el lodazal de la mal llamada “elección presidencial” del domingo 20 de mayo.
Participar en ella, bajo cualquier circunstancia, sea como candidato, apoyo, o simplemente como votante, es de una incoherencia absoluta. O, simplemente, de una candidez admirable. U otra cosa.
¿Es abstención no acudir a cohonestar el circo montado por Maduro y su pandilla? No. Porque la abstención en términos electorales se produce cuando hay un evento electoral real. Este no es el caso.
Por otro lado, participar el 20 de mayo significa ser cómplice en el desmontaje de uno de los mayores logros que ha tenido el mundo opositor venezolano en su conjunto en los últimos años: el apoyo de la comunidad internacional representada en los países más serios y de mayor influencia en el mundo.
¿Cuántos años nos costó este apoyo para que ahora lo tiremos por la borda?
Razones hay de sobra para no acudir al llamado madurista de ir a “votar”. Muy pocas y endebles para sí participar.
En mi caso particular, de las tres “elecciones” pasadas, ya aprendí las lecciones. No participo en esta farsa.