El 20 de mayo será una fecha grosera y obscena para el pueblo venezolano. Va a celebrarse un supuesto acto electoral marcado por toda clase de anormalidades, atropellos y tropelías. La primera: Ha sido convocado por una Asamblea irrita, una tal constituyente. La segunda, como desde hace mucho tiempo, bajo el signo del aterrador régimen dirigido desde la Habana, nadie tiene derechos.
Así es el comportamiento y actuar de unos pistoleros, asaltantes que se han hecho del esfuerzo y del sacrificio de todos los venezolanos. Cual ángel maldito nos han colocado en una empalizada para ver como morimos de dolor y sufrimiento. Con gobernadores que envían a reprimir una manifestación de galenos, cuyo delito, sustanciado y sentenciado desde el Palacio de los Cóndores, implorando por insumos para no ver morir de inanición a sus pacientes. Si eso no es obra del demonio, pueden explicarme qué lo es.
La tímida respuesta del entramado internacional es decepcionante. Agravada con guardas de frontera cancelando visas o presidentes exigiéndolas, pensando que devolviendo o deportando a nuestra diáspora van a solucionar algo o nada de nuestra tragedia.
El resultado del irrito acto comicial ya está listo y preparado para ser divulgado por las hijas del infierno. Puerta de entrada a una inflación de 1200 a 1500 veces el PIB…en palabras llanas, una inflación de 12.000 mil a 15 mil veces. Simple, toda la economía está dislocada. Resultado, 9 de cada diez muere de hambre. En el mejor de los casos come gusanos y otros insectos provenientes de los productos en estado de descomposición química o biológica de los Claps o comités de abastecimiento. Tal cual la Cuba castrista.
No obstante debemos mirar con optimismo el futuro. Debemos propagar las ideas de libertades individuales. Debemos mirar el 20 de mayo perverso como todo lo relacionado con el régimen del terror implantado en Venezuela y seguir luchando por su derrocamiento
Bladimir Díaz Borges