Tal como era previsible en el nada transparente ni competitivo proceso electoral desde que este régimen fue tomando el control de todos los poderes públicos, particularmente a partir del año 2005 cuando la oposición no participó en las elecciones parlamentarias. En esta oportunidad varios sectores opositores optaron por la abstención, siendo una mayoría del 80%, contra la minoría madurista del 20%. Mi posición fue la de participar, pero finalmente tuvo más efecto la campaña por el no. Henri Falcón dio un paso adelante, pero tampoco pudo avanzar mucho en tan corto tiempo, además de la campaña abstencionista que fue dura. Sigo asumiendo que fue un error no participar porque esta postura facilito la consecución del fraude, se vendió la idea de que votar era legitimar a Maduro, se ha visto no al revés, porque este señor no se legitimó, dado el mega fraude cometido. Cada vez se pondrá más al descubierto el atropello a la voluntad popular por parte de la delincuencia electoral entronizada en el CNE.
Se observó el Domingo 20 de Mayo, una ausencia muy importante en las mesas en todo el país, un tremendo vacío en los centros de votación, como para que hayan participado más de 8.5 millones de votantes. Asumiendo que el 20% de la aceptación madurista haya participado (habría que descontar la disidencia oficialista reacia a Maduro, pero bueno, asumamos que haya votado por éste el 20% con el que contaban, ni así podrían lograr los 5,8 millones que le atribuye el CNE, sería un máximo de 4 millones de votantes en su escenario optimista, cifra lejana de la supuesta votación que publicó el ente electoral. ¿De dónde viene tan alta diferencia? pues de la abismal manipulación de quienes si saben de fraudes electorales. Si la oposición hubiese participado unitariamente con su 80% de aceptación, por lo menos habrían votado por un candidato unitario el 60% del padrón electoral, con lo cual habría sido cuesta arriba el mega fraude que cometieron, al menos les habría sido más difícil. Con Falcón u otro candidato unitario, la votación masiva habría dificultado la actuación de la delincuencia electoral. Es bien conocida la trayectoria de más de 15 años en trácalas electorales del jefe de campaña madurista, además del concurso de la delincuencia electoral cubana y española.
El fraude cometido tiene que ser denunciado contundentemente ante los ilegítimos poderes públicos y los legítimos como AN, por supuesto ante la comunidad internacional que está consciente de la no transparencia ni competitiva elección presidencial. La dirigencia opositora debe cambiar de inmediato a los que vienen dirigiendo la MUD, por tantos fracasos consecutivos en su mala estrategia electoral, caras nuevas, que las hay suficientes para encarar nuevos retos. Urge planear una estrategia integral con reingeniería y sindéresis gpara acometer las acciones urgentes que nos permita salir lo más pronto posible de esta dictadura inepta, corrupta, represiva y aliada con grupos terroristas y narcotraficantes. Venezuela no debe seguir gobernada por estas mafias entronizadas en el poder, porque sería llegar muy pronto a un colapso total, aumentando la hambruna, la escasez, la inflación, el desempleo, la tortura, la diáspora que sigue creciendo, la sistemática violación de los derechos humanos y pare de contar.
*Economista, Profesor Titular de LUZ, Ex presidente de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia, pprafael1912@hotmail.com