El 20M es ya historia política. Es historia política por cuanto registra y expresa la voluntad libérrima del ciudadano venezolano contra el régimen autocrático militarista de Nicolás Maduro, con franca comprensión de respuesta y rechazo expresada empleando el Contrato Original. Contrato Original mediante el cual el ciudadano se reserva tácitamente la facultad para crear, construir y desarrollar una resistencia en contra del gobierno. Un gobierno que pretendió mediante un hecho electoral fraudulento e írrito, embaucar a la ciudadanía y esta respondió al sentirse agraviada con la resistencia política al desestimar la falsa electoral del 20M.
Falsa electoral del 20M cargada de vicios e intereses, fecundada por mercaderes de la política. Mercaderes de la política tan corruptos e inmorales como la tiranía que preside Maduro, que poco le importa el destino de la República. Régimen que ha instrumentando la antipolítica para apostar en contra del ciudadano, la historia y el destino de un país avasallado por un militarismo criminal y una mafia ideologizada, retrógrada, que leyendo en el comunismo fracasado trató de obligar a un hecho electoral viciado el 20M. Pero el 20M el ciudadano, empelando el contrato original, mostró que privilegia la política a la antipolítica.
El 20M como registro electoral visibiliza para todos los venezolanos el contrato original y lo activa, pero más importante aún, propone la resistencia civil entendida la misma como la evolución cívica cierta y pertinente políticamente, para confrontar la barbarie del madurismo. Que se entienda, es el ciudadano quien demanda –y lo alcanzará como de lugar- el cambio político. Cambio político que persigue el dominio del espacio público, que es gobernado por la política. La política para desterrar la antipolítica impuesta por el salvajismo de la violencia por un grupo de dementes, advenedizos y primitivos –que usando las Armas para la Defensa- se han dispuesto a emplearla para instaurar la violencia política.
El resultado del 20M como resistencia civil, es el grito desesperado de la dignidad de loa hombres y mujeres que se niegan a ser mancillados, ofendidos y perseguidos por despreciar una maldita revolución. Una revolución que es de todo menos revolución, pero sí un latrocinio. El resultado electoral es la expresión del valor ciudadano, la valentía del gentilicio, el coraje y el heroísmo de los libertadores de la libertad, hijos y nietos, que ofrendaron sus vidas por hacer oposición política a estos desalmados del bestiario militarista y pandillas de mafiosos, quienes creen que la política es un negocio -lacras sociales- que no parecieran venezolanos.
La resistencia civil de hoy 20M frente a la falsa electoral es una demanda concreta a quienes han jugueteado con el constructo de líder o lidereza. Simple, se requieren líderes y ellos son quienes tendrán que demostrar la espíteme y la doxa, sólo así podrán construir acciones políticas con motivo, dirección y sentido. En consecuencia, el liderazgo timorato no sirve para la construcción de la patria. Desde hoy se reclaman líderes que digan presente con dominio ética utens, docens y aplicada, quienes junto a la sociedad civil podrán construir la transición política.
La resistencia civil del 20M como expresión del contrato original y su repudio al salvajismo del militarismo, violento y sanguinario, clama por Proyecto Político Inmediato, que reúna a las mujeres y hombres, que accionen con ciencia y pundonor para levantar la República. Acometer los juicios necesarios y definir el trayecto de una nación que merece mejor destino. La decisión de la resistencia civil -hecho extraordinario político y ético del cuerpo societal- obliga a que los responsables por la conducción de la República no tituben, no es tiempo para miedos, pero sí… para grandezas.
Grandeza ha sido hoy la activación del contrato original del venezolano como respuesta cívica a la tiranía militarista. Esa grandeza tiene que ser imitada y realizada por quienes se decidan a ordenar un país, vejado y hambreado. La grandeza obliga a comprender el hecho histórico de esta resistencia civil y, en consecuencia, a preocuparse por la construcción del tejido social, que sirva para el fortalecimiento del espacio público con el real empleo de la política. Ejercicio de la política capaz de anunciar el grupo fecha-hora de inicio y fin para la transición política requerida y necesaria.
Es original,
Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO
Caracas, 20 de mayo de 2018
@JMachillandaP