El veredicto del que manda por antonomasia a una nación, por encima de los poderes públicos ilegítimos e inclusive sobre los legítimos, hablamos del poder originario: el propio pueblo venezolano, se pronunció contra la farsa haciendo gala de su conciencia democrática histórica, con una rotunda y masiva abstención el domingo pasado, en que las mesas electorales desplegadas por el fraudulento CNE, quedaron vacías y desoladas a la vista de todo el mundo. La gente repudió la farsa electoral ordenada por la fraudulenta ANC cubana, que a su vez fuera desconocida en la consulta plebiscitaria singular del 16-7.
El cerco internacional tiene asfixiado al régimen y lo tiene loco, porque saben los capitostes que el mundo no los recibe para que vayan a disfrutar los dineros públicos robados a costa del hambre y la salud de las mayorías y por eso se aferran en permanecer en el poder como una vulgar satrapía.
En este caso la abstención masiva del electorado se traduce, entiende y significa un acto de desconocimiento, de desobediencia cívica.
El veredicto fue claro y rotundo: el régimen tiene que terminar cuanto antes.
Todos los elementos del régimen forajido que devino en Estado fallido están putrefactos, el TSJ express del moreno Maikel, quedó anulado por la legítima AN y por rompimiento del orden constitucional señalado por la Fiscal General titular. Qué decir de un ente electoral desacreditado por tramposo consuetudinario, secuestrado por el chavismo. Estos poderes públicos delincuentes se han formado en total desapego con las prístinas normas procedimentales que establece la Constitución.
Hemos dicho que Maduro perdió la legitimidad de origen alcanzada en las elecciones cuestionadas de 2013, con la consumación del fraude del 20-5. Ya dejó de ser presidente, no hay que esperar hasta el vencimiento del período en enero del 2019; concluimos que a partir de este nuevo rompimiento del orden constitucional dejó de ser presidente y los países democráticos no lo reconocen. La persona con mas rechazo, que no puede caminar por ningún rincón de Venezuela, no se le ocurrió otra cosa que montar manu militari el parapeto de la ANC y luego montar unas elecciones sin garantías, a destiempo y corriendo solo. Eso agrava su condición anterior de procesado penal por la la comisión de delitos de corrupción.
Lo que debe tener claro la oposición es que el régimen no ha cesado de violar sistemáticamente el orden constitucional como hemos narrado. Necesitamos con urgencia una dirección política coherente y con imaginación.
Distinguimos entre ser radical y ser un ciudadano apegado a la Constitución , a los principios y valores. Tenemos que deslastrarnos de los políticos corchos que flotan en cualquier pantano. Queremos ver fuera a Falcón y a sus corifeos de la ignominia.
¡Libertad para los presos políticos y regreso a los exiliados!