La moción de censura socialista contra el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se debatirá el jueves y el viernes de esta semana, según acordó hoy la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor.
AFP / EFE
El pasado viernes los socialistas presentaron esa moción que, en caso de ser aprobada, llevaría a la jefatura del Ejecutivo al líder del PSOE, Pedro Sánchez.
Para salir adelante, la moción tiene que ser aprobada por 176 de los 350 diputados de la Cámara, una combinación difícil para el aspirante socialista, que cuenta con 84 diputados y precisaría del respaldo de otras fuerzas.
La negociaciones de pasillo continuaban en el tablero político español con los socialistas, que intentan hacer caer al conservador Mariano Rajoy salpicado por un escándalo de corrupción, prometiendo el sábado nuevas elecciones en “unos meses” si alcanzan su objetivo.
El gobierno central español toma muy seriamente la moción de censura presentada el viernes por el Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez, principal fuerza de la oposición, esto a un año de las elecciones regionales, municipales y europeas y a dos años de las legislativas.
Dos días después de la condena del Partido Popular por corrupción, “la dirección popular está preocupada y no descarta del todo (…) que lleguen a sumarse los votos necesarios para tumbar el Gobierno”, destacaba el sábado el diario La Razón, cercano a los conservadores.
Elecciones en ‘unos meses’
Este sábado el PSOE clarificó sus intenciones.
Si Sánchez logra reunir suficientes diputados para tomar el lugar de Rajoy, el PSOE quiere “gobernar el tiempo que considera oportuno y después convocar elecciones”, dijo una de sus portavoces Carmen Calvo, exministra de Cultura.
“Requerimos unos meses que nos permitan hacer modificaciones suficientes como para ir a unos cuantos objetivos”, precisó.
Para lograr que se vote su moción, el PSOE ya se apoya en la izquierda radical Podemos, pero debe aún convencer a los independentistas catalanes y a los nacionalistas vascos o a los liberales de Ciudadanos.
Este partido, que mide bien en los sondeos, se rehúsa a apoyar la moción pero indicó el sábado a través de su número dos, José Manuel Villegas, que estaba listo para hablar con el PSOE “sobre cómo convocamos elecciones de manera inmediata”.
Para Paloma Román, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, la estrategia de los socialistas “es una manera de poner a Ciudadanos debajo del foco y decir: ‘¿realmente eres con la regeneración de este país?’ porque la lucha contra la corrupción ha sido el principal motivo de sus campañas electorales”, aunque apoya al gobierno de Rajoy desde hace unos dos años.
Los nacionalistas vascos (PNV), cuyo voto fue decisivo el miércoles para hacer adoptar los presupuestos del Estado, van a “estudiar la propuesta” socialista, indicó el sábado su presidente Andoni Ortuzar, “y pediremos concreciones para saber si es un planteamiento serio y viable o solo obedece a intereses electoralistas”.
‘Judas de la política española’
Rajoy suspendió su viaje el sábado a Kiev, adonde debía asistir a la final de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y Liverpool. Su entorno lanzó el contraataque.
“Pedro Sánchez pretende llegar al Gobierno de la mano de los independentistas que pretenden romper España y de los herederos del terrorismo”, acusó Fernando Martínez-Maillo, coordinador del Partido Popular, estimando que “si no retira la moción pasará a la historia como el Judas de la política española.”
Esta crisis política estalló luego del anuncio el jueves del epílogo judicial en el caso de corrupción llamado “Gürtel” en el que 29 personas, de los cuales una docena de cuadros o representantes electos del PP fueron condenados a un total de 351 años de prisión.
La sentencia condenó además al PP a pagar 245.492 euros como “partícipe a título lucrativo” de la trama, una decisión que será recurrida por el PP.
La justicia también confirma la existencia de una “caja B” en el seno de la formación, “una estructura financiera y contable paralela a la oficial existente al menos desde el año 1989”.
Los jueces ponen además en tela de juicio la credibilidad del testimonio de Rajoy del año pasado durante el juicio, que había negado la existencia de una caja paralela.
El sábado varios medios volvían a difundir la negaciones de Rajoy de los últimos años, cuando decía estar “convencido que nadie podrá probar” la culpabilidad de su extesorero Luis Barcenas.
Bárcenas fue condenado a 33 años de prisión y a una multa de 44 millones de euros.