Cuando en un país se instaura un régimen político y un modelo económico de las características del que impera en Venezuela, donde las excepciones pasan a ser las reglas y lo anormal se convierte en parte de la cotidianidad, es fácil diagnosticar la peligrosa enfermedad que sufre el cuerpo total de la sociedad que integra esa nación y el ejemplo irrebatible de esa afirmación, lo grafica la compleja situación que padecemos los venezolanos, que ya perdimos la capacidad de asombro, al ver como a diario se suscitan hechos, acciones, decisiones y políticas de estado, que confirman, que estamos viviendo en un país insólito, donde prácticamente todo es contrario a todos los cánones de funcionamiento y convivencia del resto de los pueblos del mundo, con sus muy escasas excepciones tanto en América como en el resto del mundo.
En esta tierra de libertadores, exactamente aquí, lo que podíamos comprar hace 20 años con un Bolívar, cuando el salario mínimo era 144.000 bolívares, requerimos hoy 1.000.000,00 de bolívares para adquirirlo, porque en estos veinte años de chavismo los vaivenes, devaluaciones, cambios de cono de monetario y reconversiones de la moneda, han sido tan escandalosos y traumáticos para nuestra moneda y para la población, que ya le han eliminado 6 ceros, reduciendo ese bolívar a cero capacidad de compra, mientras el gobierno se jacta en anunciar el petro, la rupia, monedas parroquiales y dinero virtual, que sólo están en la mente de quienes ostentan el poder y a la par de ello, el régimen crea un ambiente propagandístico, para hecerle ver al mundo que todo en materia monetaria marcha normal y sólo esperan por la adecuación del sistema financiero al “nuevo” bolívar soberano, que es la supuesta solución a la millonaria devaluación que pulverizó nuestro signo monetario, mientras ante ese absurdo no pasa nada.
Aquí, en esta Venezuela, ante la mirada de propios y extraños, se desconoció la elección soberana del poder legislativo, donde participaron más de 14 millones de electores y se le despojó de sus atribuciones
constitucionales, para convocar y darle cauce a una supuesta constituyente, que de facto y de hecho se ha convertido en el caballo de Troya de la dictadura, para darle soporte a sus atrocidades y avalarle todas las tropelías y barbaries que van desde la invasión de competencias, hasta la destitución y nombramiento de altos funcionarios que son privativos de la Asamblea Nacional y para reafirmar el insólito país que tenemos, esa montonera en complicidad con las infortunadas integrantes del “poder electoral”, convocan un amañado, extemporáneo y fraudulento simulacro electoral presidencial, para aferrarse al poder, burlando a los millones de venezolanos que decidimos no convalidar ese proceso, porque como paso previo, inhabilitaron a los más importantes partidos políticos y líderes opositores, con el único objetivo de escoger a los candidatos que le avalarían la farsa y por ende a la supuesta “nueva oposición” con la cual pretenden canalizar el descontento y rechazo del 80% de los venezolanos. Pero aunque crean que todo seguirá con la normalidad que aparenta, Advierto a esa “nueva oposición” que despierten, que no se conviertan en un nuevo obstáculo, porque la procesión e indignación colectiva va por dentro, los problemas se agudizan cada día y las carencias se hacen insostenibles, sólo hace falta que la dirigencia opositora real y el pueblo se unifiquen y organicen de verdad y convoquen a los militares afectos a las ideas democráticas, para juntos emprender la titánica tarea de ponerle fin a la tiranía y el oprobio, personificados en la mafia que tiene secuestrada a Venezuela y lograr el cambio político deseado por la mayoría del pueblo venezolano.
“Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes”
Por. Lic. Pedro Segundo Blanco ex parlamentario del estado Sucre Correo electrónico petersecond1@hotmail.com
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