Freddy Paz: Huracán de mentiras

Freddy Paz: Huracán de mentiras

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Un rosario de mentiras es lo que le han dicho al pueblo de Venezuela en estos últimos veinte años. Promesas vacías de mejoría social, igualdad y prosperidad económica que se ha ido llevando el inclemente huracán rojo que desbastó y sigue dando sus mejores esfuerzos por tratar de destruir lo que queda de nuestra nación.

Le mintieron descaradamente a todo un pueblo, que cifró sus esperanzas en un cambio para mejorar sus oportunidades, para elevar su calidad de vida, para encaminarse en la senda de la construcción de un país próspero, de igualdad y de inclusión. Veinte años después no vemos metidos en la más grande las encrucijadas, enfrentando el fantasma del totalitarismo, del hambre, de la enfermedad, de la inseguridad que nos acecha en cada esquina, y de servicios públicos que no funcionan.





Le mintieron a la gente cuando les dijeron que no iban a ver más niños de la calle, mintieron al decir que los pobres en Venezuela comían alimentos procesados para perros, cuando la realidad es que esos alimentos para animales siempre fueron más caros que la carne y el pollo. Y hoy, veinte años después, hasta los perros tienen que disputarse los desperdicios de comida en las calles con los venezolanos que están hambrientos y no tienen que comer en sus hogares.

Mintieron cuando dijeron que las riquezas de Venezuela serian para los venezolanos, invocando hipócritamente el sentir nacionalista. PDVSA ahora es de todos; hoy PDVSA está quebrada por la corrupción de unos pocos; así como las empresas de Guayana que solo sirvieron para engrosar cuentas bancarias de unos vivos en el extranjero y exacerbar como nunca el insaciable aparato de la corrupción.

Engañaron vilmente al pueblo cuando le prometieron inclusión, hoy vivimos en un país de gente discriminada por su forma de pensar o por tratar de ejercer sus libertades políticas, gente que ha tenido que salir en volandas del país buscando oportunidades más allá de las fronteras en un éxodo sin precedentes en nuestra historia, convirtiendo a Venezuela en un país de familias rotas, separadas por una crisis brutal generada por una élite de socialistas.

Han mentido y prometido impunemente. En cada “reconversión monetaria”, en cada control de cambio, en cada “emergencia económica”. El kilo de tomates que usted compra hoy, por la astronomica cantidad de bolívares 1.140.000, no le costó eso, si le sumamos los tres ceros que Chavez le quitó a la moneda; es decir, un kilogramo de tomante cuesta 1.140.000.000,00 de Bolívares, de los de antes, con lo cual se podia comprar mil ochocientos apartamentos en cualquier ciudad dormitorio de la gran Caracas hace veinte años atrás.

Cada vez que le dicen al pueblo, que ahora sí, que no los han dejado gobernar, que han desatado una guerra desde el imperio, que factores económicos atentan contra el pueblo de Venezuela, que no hay luz ni agua por los saboteos de una “derecha” que ellos se han inventado, les están mintiendo. La única guerra que hay es la que ellos han entablado en contra de todos nosotros desde hace veinte años, en contra de los ciudadanos de este país que ahora vivimos en medio de la oscuridad.

Será el mismo pueblo de Venezuela, el que se canse de las mentiras y se encargue de encontrar la verdad, y como ellos mismos se ufanan, la historia se encargara de juzgarlos. Y el juicio de la historia y la sentencia de los pueblos es inexorablemente implacable.

@freddyspaz