Decenas de personas se manifestaron hoy a las afueras del centro de detención en Otay Mesa, en San Diego (EEUU), para exigir que se detengan la separación de familias inmigrantes y que se les otorgue un trato digno.
EFE
“¡No están solos!”, gritaron los concentrados, cerca de un centenar, por medio de altavoces ante la mirada del personal de seguridad del centro de detención, a la vez que despotricaron contra la política de “tolerancia cero” adoptada por el Gobierno de Donald Trump que ha motivado la separación de menores de sus padres.
Según cifras oficiales, al menos 1.000 niños han sido apartados de sus padres desde mediados del mes de mayo.
En los últimos días, decenas de inmigrantes, entre ellos miembros de la caravana centroamericana que se entregó en la frontera en búsqueda de asilo, denunciaron malos tratos al interior del centro de detención.
“¿De qué sirve que nos digan que están bien si creemos que a ellos no les han preguntado cómo se sienten de estar separados de sus madres?”, cuestionó un grupo de madres inmigrantes a través de una carta que fue leída hoy por activistas del grupo Pueblos Sin Fronteras.
La entrada en vigor de las nuevas medidas en materia de inmigración generaron en las últimas semanas un aumento de las redadas, los juicios masivos y las separaciones familiares, lo que ha causado indignación entre organizaciones defensoras de derechos humanos que han calificado dicha práctica de “cruel e inhumana”.
En medio de la protesta los activistas pudieron hablar por teléfono con Édgar, un inmigrante retenido al interior del centro de detención, quien dijo no se le permitió salir ni a él ni a sus compañeros al patio mientras se realizaba la acción.
“Exigimos justicia y que se nos trate como personas que somos, no somos criminales”, manifestó.
Los manifestantes leyeron otra carta firmada por 37 inmigrantes centroamericanos y en la que denuncian “discriminación, condiciones precarias y falta de atención médica” al interior del centro en Otay Mesa, una queja que es investigada por la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).
“Realmente no sorprende, pero es importante que las personas detenidas aquí están encontrando el espacio para denunciar los atropellos que están viviendo”, comentó a Efe Pedro Ríos, director del Comité de Amigos Americanos de San Diego.
Entre las manifestante figuró la salvadoreña Jenni, que llegó a Estados Unidos con una caravana que se entregó el año pasado y, tras pasar meses en el centro de detención de Otay Mesa, ahora continúa su proceso con un grillete electrónico.
“Cuando yo estuve en la detención hubo varias protestas y nosotros escuchábamos y esas personas nos daban aliento para poder seguir, porque cada día ahí es como un infierno”, dijo a Efe. EFE