La canciller alemana, Angela Merkel, abogó hoy de nuevo por el multilateralismo y una política de regulación global al afirmar en un acto para celebrar los 70 años de economía social de mercado en Alemania que este modelo basado en el “bienestar para todos” no constituye un “automatismo”.
EFE
“Necesitamos la cooperación multilateral y en el fondo necesitamos también una política de regulación global, que lamentablemente progresa solo muy lentamente”, declaró.
Merkel recalcó la necesidad de garantías para una competencia justa, para lo cual la Organización Mundial del Comercio (OMC) -“que no se está desarrollando lo bien que quisiéramos”, puntualizó- es la institución adecuada.
Para la canciller, es necesario que existan posibilidades para hacer valer el derecho, a la vez que medios para abordar el respeto a cuestiones sociales y ecológicas.
En tiempos de “cambios bruscos”, existe naturalmente la opción de afirmar simplemente que se está aplicando “una metodología totalmente nueva”, dijo la canciller al referirse a las políticas proteccionistas del presidente estadounidense, Donald Trump, y a las tensiones que se hicieron patentes durante la cumbre del G7 en Canadá.
“Las medidas unilaterales, que a su vez requieren de sus correspondientes respuestas, aparentemente son más rápidas”, dijo Merkel, al tiempo que advirtió de que el resultado de esta manera de proceder es “tan incierto” y “hay tanto en juego” que vale la pena y conviene hacer el esfuerzo por llegar a acuerdos multilaterales.
En su discurso, la canciller subrayó que la economía social de mercado no es una “cuestión estática” ni tampoco constituye un “automatismo” de cara al futuro, sino que, por contra, representa una “tarea diaria”.
“La cuestión del ‘bienestar para todos’ hoy en día no es algo tan obvio” en el sentido clásico del crecimiento, señaló.
Por otra parte subrayó que la responsabilidad y la solidaridad son dos aspectos indisociables para el éxito de la economía de mercado, también en lo que respecta a la unión económica y monetaria en Europa.
En este sentido, subrayó su voluntad de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) “progrese hacia un fondo monetario europeo” y su convencimiento de que “la responsabilidad propia es de gran importancia”, pero que “para mantener el todo y lo común son necesarios también elementos de responsabilidad global”.
“Seguiremos desarrollando el MEDE como símbolo de solidaridad intergubernamental en un momento de crisis monetaria hacia un instrumento a largo plazo”, lo cual traerá consigo, agregó, numerosas negociaciones. EFE