Los periodistas venezolanos que deben enfrentar las duras consecuencias de la crisis en Venezuela han echado mano a los pocos recursos que tienen para burlar la censura impuesta por el régimen de Nicolás Maduro y continuar informando. Así lo reseña infobae.com
Por Aymara Lorenzo
Retomar viejas prácticas de siglos pasados como el pregón para difundir noticias en lugares poco usuales como el transporte público; o hacer uso de las redes sociales como WhatsApp para difundir información verificada en situaciones de crisis en las que abundan los fake news (noticias falsas) que también se propagan por las redes sociales a una velocidad vertiginosa, son algunas de las formas con las cuales enfrentan el silencio impuesto a los medios de comunicación tradicionales como la prensa impresa, la radio y los canales de televisión que en Venezuela dependen de una concesión para operar el espectro radioeléctrico y poder transmitir por señal abierta y gratuita en todo el territorio.
Tal es el caso de Bus TV, una iniciativa de un grupo de periodistas quienes recrean de forma artesanal, con un marco de cartón, una pantalla de televisión con la que ambientan la transmisión de un noticiario de televisión en vivo dentro de las pocas unidades de transporte público que circulan en Caracas.
Trata de un noticiario rodante dentro de los autobuses, explica la periodista Laura Helena Castillo, una de las promotoras de la idea.
“Somos noticias libres sobre ruedas. Hacemos un noticiero sobre todo para gente que tiene poco o ningún acceso a las noticias independientes, bien sea en internet o en papel. Entrar a dar noticias dentro de un autobús puede ser visto como una forma de protesta, pero es una manera de decir que no nos vamos a detener en la dificultad y vamos a buscar una solución”.
La iniciativa de Bus TV surgió el año pasado, el 27 de mayo, justo en medio de las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro, el mismo día en que se cumplían 10 años del cierre de Radio Caracas Televisión, el canal de televisión clausurado por el chavismo. En cada bus ofrecen a los pasajeros diez noticias.
“Al principio solo dábamos información de política, economía o deportes pero comenzamos a darnos cuenta de que era muy valorada la información de servicios porque la desinformación es general. Es un noticiero muy bien recibido, tanto que la gente aplaude pero no es por las noticias sino por el hecho de estar recibiendo información”, cuenta Castillo, quien además destaca que el hecho de estar frente al público les permite observar su reacción, lo que sienten, sea bueno o malo, ante las noticias.
La crítica situación de la prensa en Venezuela promovida por la censura y el control del régimen de Maduro ha hecho que el periodismo retome viejas prácticas para propagar de boca en boca las noticias que no quiere que se sepan.
“En 2018 nos ha tocado volver a los orígenes de este oficio que es cuando había pregoneros y la gente voceaba las noticias en las plazas o en las calles. En lugares donde el transporte público se ha vuelto muy difícil damos las noticias en las paradas porque a veces montarse en el bus es muy difícil y las paradas están llenas de gente que esperan horas por un bus. Lo que tratamos de hacer es adaptarnos a la situación del país”.
Portales internacionales como Infobae están bloqueados desde 2014 en Venezuela. Los canales CNN, Caracol, NTN24, RCN y Todo Noticias tampoco pueden verse en la nación suramericana.
La organización no gubernamental Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), orientada hacia la defensa del acceso a la información, registró el bloqueo de 43 sitios web entre 2015 y 2016, y en 2017 contabilizó la salida de circulación de 44 periódicos.
Entre abril y julio de 2017, en medio de las protestas contra Maduro, el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), el ente regulador de las telecomunicaciones en Venezuela, cerró 41 emisoras de radio y 9 canales de televisión, al no renovar la licencia para operar el espectro radioeléctrico que es propiedad del Estado, como una forma de ejercer la censura ante la crítica posición hacia el gobierno.
Servicio de Información Pública
Precisamente en medio de esas protestas surgió el Servicio de Información Pública. Es un servicio público de noticias cuya verificación hace un grupo de periodistas con el objeto de burlar los fake news pero además apoyar a quienes durante las protestas estaban en las calles en medio de la represión a tener alguna información en medio de la censura.
Yaya Andueza, una de las periodistas que lidera el equipo dijo a Infobae que “el servicio tiene varias novedades: es un informativo a través de WhatsApp, una herramienta hasta el momento no utilizada para ese fin. Decidimos hacerlo de esa manera porque la gente iba a las marchas leyendo, con la cabeza hacia abajo y no miraba lo que está ocurriendo alrededor. La fortaleza del servicio está en sus redes, porque funciona como una telaraña yo te lo mando a ti y tu se lo mandas a otros y así sucesivamente, lo cual permite tener un número determinado de grupos y se va replicando el mensaje”.
Estos reportes informativos que durante las protestas alcanzaron hasta 27 emisiones diarias se mantiene en la actualidad con cuatro reportes pero aumenta si la coyuntura noticiosa lo demanda. El alcance del Servicio de Información Pública trasciende las fronteras venezolanos y es un vínculo sólido para los venezolanos que han emigrado por la crisis pero que buscan mantenerse informados con información validada de lo que aquí ocurre.
Apretando el alicate de la censura
En lo que va de 2018, el gobierno ha efectuado ataques selectivos sobre portales de noticias y de investigación periodística que ha denunciado a funcionarios de Maduro y a personajes del chavismo.
El bloqueo del dominio de portales desde las empresas prestadoras del servicio de internet se ha agudizado en los últimos cuatro meses. El Pitazo, medio informativo digital que fue objeto del primer bloqueo el 8 de septiembre de 2017, por la publicación de un reportaje sobre los primos de Diosdado Cabello, señalados de ser sus testaferros, tal y como denunció la depuesta Fiscal General de la República Luisa Ortega Díaz, fue la causa para que no pudiera accederse al portal desde los servicios Digitel y ABA de Cantv, el proveedor más importante de internet de Venezuela y propiedad del Estado. Este mismo ataque se repitió el primero de noviembre a la plataforma de la telefónica Movistar. El bloqueo se mantiene hasta la fecha.
César Batiz, director de El Pitazo, explica a Infobae que ” a pesar de que nos ha afectado el bloqueo, nos ha ayudado a buscar nuevas formas de comunicarnos con nuestras audiencias, a potencializar las redes sociales, a buscar el contacto directo con ellas, a trabajar con organizaciones no gubernamentales, a pensar en el proceso offline para poder seguir informando, que es nuestra misión. Nosotros tenemos la obligación, el compromiso y la responsabilidad profesional de seguir informando en estas difíciles circunstancias”.
Una de las fortalezas de este medio es contar con la red más amplia de corresponsales en Venezuela. Son 50 periodistas entre los 22 y 65 años que aportan información al portal
Entre el 6 y el 7 de junio les tocó el turno a los portales La Patilla y El Nacional, que también fueron bloqueadas por las prestadoras del servicio de internet Cantv, Movilnet y Movistar, sin explicación alguna.
Alberto Ravell, exdirector del canal de noticias Globovisión y director de La Patilla, advierte que todas las acciones contra la democracia y la libertad de expresión tienen un alto costo político para el gobierno de Maduro, por lo que duda que en Venezuela se repliquen situaciones como la de China, en donde el comunismo tiene un férreo control de las comunicaciones.
“No creo que lleguemos a una situación como la de China porque este gobierno está arrinconado por las sanciones. Por ejemplo, lo que ocurrió entre Trump y Kim fue resultado de las sanciones, no pensemos en algo diferente. Las sanciones en Venezuela, gusten o no, han contribuido a que se liberen presos políticos, y que el gobierno en su intento de lavarse la cara, tome algunas medidas que son de beneficio para los venezolanos”, puntualiza Ravell.
En un contexto de cuestionamiento de la comunidad internacional el tema de la libertad de expresión se ha convertido en un punto en la agenda de discusión política. Esta es la apreciación de Marianela Balbi, directora de IPYS Venezuela quien advierte la existencia de una estrategia planificada para implantar un nuevo modelo de comunicación que según ella acercaría a Venezuela al modelo chino en materia de libertad de prensa e información.
“La situación en Venezuela se ha convertido una muestra de cómo una sociedad pierde ese terreno en lo democrático y pierde cada vez más espacios informativos necesarios para el debate público y para la salud de una democracia. Ha sido sostenido, sistemático, planificado, un patrón claro desde el gobierno de ir cercenando cada sector. Ha sido un modelo nefasto para la libertad de prensa y expresión”, explica Balbi.
En esta última etapa como respuesta a que el periodismo independiente ha migrado hacia plataformas digitales se han registrado los bloqueos a portales que según Balbi ubica a Venezuela “a un paso de cruzar una línea muy peligrosa (caso China). Siempre existe el gran temor es un black out informativo pero en este caso ha sido progresivo, ha sido diseñado, muy pensado y realmente está causando los mismos estragos que pudiera causar una acción más frontal. han tratado hasta ahora de cuidar las formas, pero lo notamos en lo que tiene que ver con las condiciones de internet y navegación. Creo que sí estamos más cerca de restricciones más serias en Venezuela”, concluye.