Caracas miércoles 20 /06/2018
Político de Nación o Estadista, es aquel que en medio de las dificultades que generan las crisis profundas, como la que vivimos en Venezuela, suelen irrumpir en estos escenarios por “artificios del destino”. Hemos dicho que POLÍTICO es aquel que suele decir lo que el pueblo “quiere oír”, ESTADISTA o POLÍTICO DE NACIÓN es aquel que dice “lo que el pueblo tiene que oír” aún en las circunstancias más difíciles. Son esa suerte de herramienta que el destino pone en manos de las naciones en decadencia o amenazadas en sus cimientos más profundos, en definitiva es aquel que puede convertir en, “populares las medidas convenientes” (Maritain), o para decirlo de otra manera, aquella famosa reflexión de James Freeman Clark, según la cual la diferencia entre un político y un estadista es que: “el político piensa en las próximas elecciones y el estadista en las próximas generaciones”. En definitiva es aquel que es capaz de convocar al pueblo en el más alto sentido de sacrificio, sin erosionar su credibilidad y popularidad, siempre aparecen en situaciones como esta, porque en el espacio de las crisis se potencian sus fortalezas, y no así en el espacio del populismo en tiempos de bonanza, cuando generalmente son relegados.
Políticos de Nación lo fueron: Rómulo Betancourt “ cuando Venezuela necesitó libertadores no los importó, los parió”; Abraham Lincoln, creador del estado moderno norteamericano, que libró una guerra civil, y le tocó luego la difícil tarea de armonizar el país ( discurso de Gettysburg) ; Winston Churchill, que solo le ofreció al pueblo inglés: “sangre, sudor y lágrimas “, en medio de la segunda guerra mundial; Golda Meir; una de los arquitectos de la independencia de Israel; Mandela líder del anti/apartheid en Sudáfrica, por mencionar algunos.
Sus características más evidentes son: su carácter y la fuerza de sus convicciones, su valor a toda prueba, su visión a largo plazo, un aferrado y dogmático sentido de nación, una condición innata para aglutinar, y su total desprendimiento.
Si en algún momento Venezuela necesitó un(a) o varios estadistas, una élite de “Founders Brothers”, es ahora, las “condiciones objetivas” están dadas, solo falta que –se alineen los astros–, por lo pronto debemos saber que las incubadoras de estos personajes suelen ser: las cárceles, el exilio, la lucha en la calle, la clandestinidad, los centros de discusión y pensamiento…..y por qué no las fuerzas armadas. Están a la vista, solo falta que se pongan de acuerdo, solo falta actuar con el mayor desprendimiento, camaradería, sensatez, y unidad. El, o los que de ellos den el primer paso en esa dirección, obtendrán la gloria.
No se saldrá de la crisis hasta tanto esto no ocurra, basados en la definición de crisis sistémica clásica que comparto: un sistema está en crisis porque ‘’no ha muerto lo que tiene que morir, y no ha nacido lo que tiene que nacer” (Gramsci), pienso que en nuestro caso lo que tenía que morir está desahuciado; falta que nazca lo que tiene que nacer, y eso está en manos de nuestra dirigencia, de su comprensión de la dimensión descomunal de esta tragedia, y de que es un crimen postergarla por asuntos domésticos de facciones en pugna, recuerden, los momentos políticos son efímeros, es hora de actuar con grandeza, es la hora de POLITÍCOS DE NACIÓN.
Salir de esta crisis presupone un inventario más allá de los convencionalismos, de audacia racional, de convicción, de asumir los retos que se nos presentan ante un régimen criminal como el que gobierna Venezuela, y de claridad conceptual, sobre todo de esto último. De estar claros en QUIÉN ES QUIÉN. No es posible encauzar un desencadenamiento si no estamos claros sobre el momento que se vive, si el camino a escoger se bifurca en indecisiones permanentes muchas más movidas por el temor, o a los intereses asociados al supuesto post/morten de este régimen, que de la realidad coyuntural y también existencial existente. Es el momento de los “duros”.
“Si prefieres la humillación antes que la guerra, tendrás la humillación y la guerra” (Churchill a Chamberlain), algunos creen que con diálogos humillantes se van a evitar males mayores. Estamos condenados al fracaso si pensamos a estas alturas que aún se pueden lograr unas elecciones libres, con un régimen en pleno ejercicio de sus facultades como este, creer en esta posibilidad, es un ejercicio poco menos que infantil o peor aún: acomodaticio.
En este momento está en plena gestación una rebelión popular expresada ya el 20M, y en las decenas y decenas de protestas sociales y políticas en la calle todos los días, sumado a una situación de creciente descontento dentro de la FANB, así como una decidida presión internacional.
Construir un nuevo Pacto Político y Social, firmar un nuevo Contrato Social y Político, retratarse en grupo. Debe acompañarse con una clara política y toma de decisiones fundamentales desde la AN (única institución que tiene legitimidad y legalidad así como reconocimiento internacional), que confirmen y desarrollen la propuesta para la salida del régimen, en medio de un plan de acciones concretas. Hay que construir los escenarios que nos lleven a un gobierno de transición, sin ningún tipo de complejos, temores, ni cortapisas.
El éxito estará en aquellos que encaucen un nuevo sentimiento de nación, en un nuevo proyecto común que reencuentre a los venezolanos, hagamos votos porque así sea. Veremos quienes con su templanza, carácter y fuerza de convicciones se impondrán, y les tocará la difícil tarea de conducir la Venezuela del post/chavismo. Están empollándose y están a la vista. Las cartas están echadas.
RENDIRSE NO ES OPCIÓN, FUERZA Y FE!
Ing. Luis Stefanelli B.
Diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela