Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo. Sófloques
Entre las diversas maneras de matar la libertad, no hay ninguna más homicida para la república que la impunidad del crimen
o la proscripción de la virtud.
Francisco de Miranda
Resulta y ocurre – como dice el pueblo llano -, que en la República Bolivariana de Venezuela nadie, ninguno de sus dirigentes es responsable de la destrucción del país, de la depredación y la ruina de un país que era para querer y hoy es para llorar. En efecto:
• El anterior responsable de PDVSA – el muy educado y elegante gerente merideño que ofreció carajazos a todos los que no fueran rojo –rojitos -, no tuvo ninguna responsabilidad en la quiebra de la gallina de los huevos negros y mucho menos puede ser acusado de nepotismo como otros chavistas o maduristas – ya no sabemos quién es quién -, ninguno de sus familiares políticos o consanguíneos estuvo en la nómina o firmó contratos de la derruida PDVSA… Yo no estaba ahí cuando eso.
• Ninguna fiscala o fiscal del Ministerio Público tuvo nada que ver con la acusación y detención de los presos políticos, eso fue diabólica obra del extinto DAS colombiano.
• Nadie fue responsable de los buchones regalos que se le hicieron a los Hermanos Castro y CIA.
• Los insultos proferidos a reyes, presidentes, primeros ministros, cancilleres o a los opositores venezolanos fueron producto de una glosolalia que el Diablo instaló en la garganta de nuestros angélicos dirigentes socialistas del siglo XXI.
• Ningún ministro de Economía o de Planificación o Presidente del BCV, es responsable del control de precios, de la hiperinflación o de la destrucción del aparato productivo nacional.
• No hay quien responda por la entrega del Esequibo.
• En las FANB nadie lanzó gas del bueno ni baleó a los manifestantes que demandaban democracia, justicia y libertad.
• Los colectivos bolivarianos emergieron por sí solos, ninguno los financió ni los dotó de armas de guerra.
• La pareja presidencial no es responsable de nada, más bien no tiene tiempo para echar un pie, bailar salsa brava, bachata o guaguancó.
En fin, como dice Isabel Allende: No hay nada tan peligroso como la impunidad, amigo mío, es entonces cuando la gente enloquece y se cometen las peores bestialidades, no importa el color de la piel, todos son iguales.