El reconocimiento del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, inmediatamente después de cerrar los centros electorales, ha sido un sincronizado concierto de discursos sin precedente en la historia del proceso electoral de México.
EFE
Entre el cierre oficial de las votaciones y el anuncio del primer recuento rápido del árbitro electoral, sus rivales en la lucha por la presidencia de México admitieron su derrota y le abrieron las puertas del triunfo.
Todavía no se había contado ningún voto de manera oficial cuando los candidatos José Antonio Meade (oficialista), Ricardo Anaya (conservador) y Jaime Rodríguez (independiente) virtualmente le levantaron la mano en señal de su victoria.
Los sucesivos mensajes del árbitro electoral, del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y las felicitaciones de mandatarios de otras naciones marcaron los tiempos en los que López Obrador se movió hasta su discurso del triunfo en el Zócalo de Ciudad de México.
Fue Meade, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el primero que reconoció lo que sería su derrota en tercer lugar al señalar que López Obrador era el principal favorecido en las tendencias de las elecciones para presidente de México para el periodo 2018-2024.
Como si fuera una coreografía planificada de antemano, Anaya, abanderado de la alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano, dijo que todo beneficiaba a López Obrador e incluso admitió que le había llamado por teléfono para felicitarlo.
Rodríguez tomó la estafeta para felicitar al virtual ganador y ofrecerle su colaboración. Además, anunció que retomará cuanto antes su cargo de gobernador del estado norteño de Nuevo León, al cual pidió licencia para ser candidato.
El concierto de la victoria de López Obrador tuvo un segundo momento cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo felicitó en su cuenta de Twitter, 59 minutos antes de que en México se anunciaran los resultados oficiales por parte del Instituto Nacional Electoral (INE).
Los reconocimientos de derrotas de los tres candidatos rivales de López Obrador limpiaron el camino para la felicitación anticipada de Trump, a la que siguieron como fichas de dominó las de otros gobernantes de países de América y de Europa.
El titular del INE, Lorenzo Córdova, informó que López Obrador tendría una votación de entre 53 y 53,8 % frente al 22,1 a 22,8 % de Anaya, el 15,7 a 16,3 % de Meade, y el 5,3 a 5,5 % de Rodríguez, según una muestra de 7.700 mesas electorales.
Estos datos del INE confirmaron la victoria que ya anticipaban los rivales del izquierdista y también todos los sondeos durante la campaña electoral.
Ya con los resultados en la mano, Peña Nieto anunció en cadena nacional que todo apuntaba a que López Obrador se convertirá en el nuevo presidente de México a partir del próximo 1 de diciembre, para un periodo que culminará el 30 de noviembre del 2024.
El colofón de este concierto político, inusitado en una democracia como la mexicana, tan reacia a reconocer una victoria de la oposición, fue el discurso de López Obrador ante sus seguidores en pleno Zócalo.
El martes, López Obrador se reunirá con el presidente Peña Nieto para iniciar la transición de Gobierno, la cual incluye la futura discusión de los presupuestos de ingreso y de gasto para el año 2019.
La participación en las urnas ha llegado a ser entre el 62,9 y el 63,8 % del total de los 89,1 millones de ciudadanos que fueron convocados a las urnas para renovar 3.400 cargos, convirtiendo estas elecciones en las mayores de la historia del país.
Además de presidente, se elegían 128 senadores, 500 diputados, ocho gobernadores y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, además de miles de cargos locales.