Por Paul Handley / AFP
El presidente Donald Trump designará el lunes a un nuevo juez de la Corte Suprema, una decisión que puede inclinar al máximo tribunal de Estados Unidos hacia la derecha y tener trascendentales implicaciones en temas como el aborto, las armas de fuego y la inmigración.
Tras haber realizado las últimas consultas por la mañana, el mandatario ya eligió, según The New York Times, al magistrado que ocupará el cargo, aunque no comunicó su nombre. Trump se expresará desde la Casa Blanca a las 21H00 locales (01H00 GMT del martes), una hora de gran audiencia para la cual los canales de televisión modificaron sus programas.
Esta nominación es consecuencia de la jubilación inesperada del juez Anthony Kennedy, uno de los nueve integrantes del máximo organismo judicial. “Digamos que hay cuatro personas”, dijo el presidente el domingo al término de un fin de semana en uno de sus clubes de golf. “Los cuatro son excelentes”.
“Hace mucho escuché que la decisión más importante que puede tomar un presidente de Estados Unidos es la selección de un juez de la Corte Suprema”, tuiteó el lunes el mandatario. Si, como se espera, designa a alguien decididamente a la derecha, los conservadores podrían dominar durante años la Corte, donde los jueces sirven de manera vitalicia.
Los candidatos en su lista son Brett Kavanaugh, exasesor del expresidente George W. Bush; Raymond Kethledge, un estricto intérprete de la Constitución estadounidense; Amy Coney Barrett, devota católica y conservadora en temas sociales; y Thomas Hardiman, un acérrimo defensor de los derechos en torno a las armas.
Apuro para llenar la vacante
Para el profesor conservador Josh Blackman, del South Texas College of Law, los cuatro ofrecen todas las garantías para conformar a los republicanos, incluso los más derechistas. “Trump no puede perder” con esta elección, dijo a la AFP.
Todos tienen el respaldo de los principales grupos jurídicos republicanos, sobre todo de la ultraconservadora Sociedad Federalista. Ninguno tiene más de 53 años, lo que permite a Trump dejar una huella duradera en las leyes de la nación. A comienzos de 2017, el presidente ya había tenido la ocasión de promover a un juez conservador, Neils Gorsuch.
La Corte Suprema ha tomado en los últimos años decisiones históricas sobre cuestiones fundamentales, desde el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto, los derechos sobre las armas, el dinero corporativo en las campañas electorales y la libertad de expresión.
En 2019, el alto tribunal podría tener que considerar los poderes y derechos de Trump en la investigación sobre los vínculos entre su campaña presidencial y Rusia, y si trató de obstruir o no esa pesquisa.
Trump se apresuró a nombrar el reemplazo de Kennedy mientras los republicanos aún tienen una mayoría simple en el Senado, que debe aprobar el nombramiento. Si la nominación se retrasa y los demócratas logran una banca adicional en el Senado en las legislativas de noviembre, Trump podría verse obligado a acordar con ellos.
Según reportes de prensa, el líder republicano del Congreso, Mitch McConnell, intentó empujar a Trump hacia uno de los dos candidatos, Hardiman o Kethledge, vistos con menos resistencia. La senadora republicana Susan Collins ya señaló que podría romper con su partido si Trump nombra a alguien que se oponga firmemente al derecho al aborto.
A la derecha
El lunes, Amy Coney Barrett, de 46 años, la más joven de los cuatro y la única mujer, era casi descartada debido a su relativa inexperiencia y a su supuesta fuerte opinión conservadora en lo social y religioso. Kavanaugh, de 53 años, comenzó su carrera como empleado de Kennedy.
Recientemente expresó su desacuerdo con una decisión judicial que permitía a una inmigrante indocumentada adolescente abortar. También dio una interpretación amplia de lo que constituye una obstrucción a la justicia, una posición que podría ser riesgosa para Trump si la investigación de Rusia lleva a acusaciones de imputación.
Kethledge, de 51 años, integra la corte de apelaciones del Sexto Circuito. Es visto como un “originalista”, una escuela conservadora que busca interpretar la Constitución según el pensamiento de los líderes fundadores del país hace más de dos siglos, y suele tener enfoques cerrados en casos de derechos individuales.
Hardiman, de 53 años, tiene raíces en la clase trabajadora que podrían hacerlo atractivo para el público. “Cada uno de los jueces de la lista chica de Donald Trump ha sido previamente aprobado por extremistas de derecha: Demostraron su intención de estar del lado de los ricos y los poderosos, en detrimento de los derechos de las mujeres, de los trabajadores, de los electores y de las minorías”, tuiteó la senadora demócrata Elizabeth Warren.