El régimen de Nicolás Maduro cada vez más atrincherado en políticas que sólo empeoran su situación permanece catatónico frente a circunstancias que van decidiendo su destino como gobernante con fecha de vencimiento.
Pensar que en un país acosado por el total colapso de todos los sistemas funcionales que sustentan la vida moderna tanto en la ciudad como en el campo, es decir, la cuasi parálisis de todos los servicios públicos: agua, luz, transporte, salud, educación, junto una pronunciada y agravada escasez de alimentos y medicinas en una situación de condiciona y es condicionantes del único proceso hiperinflacionario del mundo, va a permanecer inerme es simplemente una apuesta descabellada por parte de la actual kakistocracia que nos desgobierna.
Sobre todo, porque todo va empeorar, aunque suene absurdo, porque ya no hay superlativo que nos ayude a describir la actual situación que vivimos y padecemos los venezolanos. Este socialismo castro-chavista-madurista perdió el control de la economía (y algo más) y no tiene ningún a posibilidad de recuperarlo en virtud de la política que los países de la Comunidad Internacional Democrática ejercen para imponer un cordón sanitario a unos funcionarios y a un gobierno que ya es considerado de manera abierta y sin apelativos una dictadura abierta, violadora de los DD.HH., y que mantiene a su población en situación de hambre y graves déficit en materia de salud por su obstinación en no permitir la ayuda humanitaria ofrecida desde el Papa hasta la ONU.
La respuesta que viene apareciendo de manera paulatina es la de la lucha sindical y social de sindicatos y gremios por reivindicaciones salariales y condiciones de trabajo, que al final exigirán una política que acabe con la hiperinflación, cosa para la que el régimen no tiene ninguna posibilidad de acometer con éxito. Lo que va ocurrir es que estas protestas se centralizaran en una lucha contra la hiperinflación y por ponerle punto y final a los responsables de una política incapaz de frenar la velocidad desenfrenada de crecimiento de los precios.
Esto va a provocar una unidad por la base que terminará encontrándose con una política de unidad que centralice el conflicto y canalice la salida del régimen del socialismo castro-chavista-madurista y enrumbe el país hacia la recuperación de la República y de la institucionalidad democrática.
Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog