Después de caer en semifinales con Francia y Croacia, Bélgica e Inglaterra se vieron las caras en San Petersburgo para definir al ganador del tercer puesto en Rusia 2018.
Con una actuación categórica, los “Diablos Rojos” superaron (nuevamente) 2-0 a un equipo inglés que dejó mucho qué desear.
Lucho Suárez | LaPatilla.com
A comparación de su primer partido en primera ronda, ambas escuadras salieron con todas sus armas sobre el terreno de juego, pero uno más despierto que otro.
Un gol de vestuarios
En el transcurso del minuto 3, Romelo Lukaku lideró un rápido contragolpe desde su parcela. A tres cuartos de cancha inglesa, el ariete abrió sus horizontes con Nacer Chadli, y éste rápidamente filtró el balón hacia el corazón del área para encontrar a un veloz Thomas Meunier que, colocó su pierna y empujó la pecosa al fondo de las redes.
Tras el tanto aurinegro, el choque pasó a un trance de pasividad. Los pupilos de Roberto Martínez generaron más peligro, pero de cara al arco no definieron efectivamente sus oportunidades.
Por otro lado, los dirigidos por Gareth Southgate fueron de menos a más, pero su fútbol no resultó contundente.
Tres toques y a facturar
A falta de 10 minutos, el conjunto “infernal” elaboró una contra endemoniada comandada por Kevin De Bruyne, quien filtró un pase raso a los pies de Eden Hazard, y el mediapunta no dudó en liquidar a Jordan Pickford con un gran remate al palo derecho del guardameta.
Con este resultado, los belgas se montan en el tercer lugar del podio del campeonato del mundo, por primera vez en su historia.
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